𝐌𝐈𝐎 | 𝐦𝐢𝐧𝐣𝐞𝐨𝐧𝐠 - pausada

11. | SERIEDAD EXCESIVA.

holi c:
muchísimas gracias por más de 2k en esta historia y por 2k de seguidores (っ˘з(˘⌣˘ )

les dejo un capítulo larguito como regalo ~

((publicaré mas fics pronto uwu))

__

todo parecía tan perfecto para jeongin. no obstante, minho sabía que eso iba demasiado rápido.

pasado un par de minutos, el menor continuaba besando a su profesor con fervor, ambos sentados ahora en el sofá de minho, yang estando encima de sus piernas. 

pero el morocho sabía que debía desacelerarlo un poco, puesto que jeongin jamás había estado con alguien románticamente y también, porque le costaría controlarse si lo dejaba más tiempo así.

"qué pasa?" suspiró entre cortadamente, mirando a minho sonriendo. 

"nada..." el mayor comentó serio, posando sus manos en la cintura del otro, jeongin corriendo luego su cabello hacia atrás con lentitud. "cansado?" arqueó una ceja manteniendo su pacificidad, generando que el menor negara confundido.

"por qué te detienes?"

"porque sí... " minho continuó mirándolo de la misma manera, poniéndose luego a observar cada detalle del rostro de jeongin. "escucha jeongin..."

"qué? me dirás que debo irme o me echarás tu mismo de aquí?"

"escucha." el mayor lo frenó, tomando sus muñecas con suavidad. "si realmente quieres esto... nadie debe saberlo." agregó cauteloso, expresándose sensatamente.

"lo sé—"

"necesito que guardes el secreto, jeongin." continuó hablando serio, por lo que el castaño rodó los ojos, suspirando.

"por qué piensas que no voy a hacerlo?"

"porque nunca has estado con nadie. y no quiero que por ser el primero te entusiasmes."

"n-no sabes nada de mi!" de repente, el menor se sintió avergonzado de carecer de experiencia, ya que realmente quería estar con él.

"no estoy diciendo que debido a eso me atraigas menos..." minho aclaró, tomando de la mejilla de jeongin con su mano. "sólo que no quiero que te ilusiones demasiado. después de todo, aún no nos conocemos lo suficiente."

el castaño asintió, todavía molesto por lo que minho decía, aunque sabía que tenía razón.

para ese entonces, las cosas habían escalado con rapidez, y si quería estar en "algo" con su profesor, jeongin sabía que debía ser discreto.

segundos después, el mayor sujetó con fuerza la cintura del otro y procedió a acercarlo a él para poder besarlo con suavidad.

jeongin, quién hasta ese momento estaba triste, obtuvo un poco de calma al sentir los labios de minho sobre los de él.

no obstante, el dueño de la casa decidió no hacer nada más que eso durante el resto de la mañana.

pero el castaño se sintió feliz por ello; finalmente gustaba de alguien que le correspondía.

[...]

luego de un raro almuerzo, se hicieron las dos de la tarde.

jeongin se sentía un tanto entrometido en la vida de minho, quién ahora parecía estar muy ocupado en su tarea de la universidad, escribiendo en su computadora de a párrafos y párrafos.