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- ¡Nami! ¡Nami! Nami, espera por favor -gritaba cierto pelinegro.

Luffy había salido de la fiesta apenas unos minutos después que su pelirroja, no tenía que ser muy listo para saber que se había enfadado. Ella andaba unos cuantos pasos por delante de él y le estaba ignorando. El capitán hizo un mohín de fastidio y usando su habilidad se coloco justo en frente de la pelirroja de un salto.

- ¿Por que estas enfadada? -gruño el pelinegro.

-No estoy enfadada. Estoy molesta -contestó la chica desviando la mirada hacia un lado.

-¿Porque?

-¿Porque? Me has ignorado toda la noche... Y esa mujer ha estado todo el rato manoseándote y restregándote sus pechos en cuanto podía -contestó Nami fijando la vista en él- Y tu no has hecho nada.

-¡¿Eh?! ¿Qué mujer? -preguntó el chico torciendo la cabeza de lado a lado y con una mano en el mentón.

-Eres muy tonto enserio -sentenció Nami para después pasar a su lado y seguir andando hacia el hotel. Ya quedaba poco.

- No me ignores Nami y no soy tonto -respondió Luffy seriamente. Nami frenó en seco, ese tono había sonado más serio de lo normal, se giró y observó al chico acercarse a ella.

-Estás celosa, ¿acaso eso es mi culpa? -susurró el pelinegro con voz raspada cuando llegó hasta ella.

-¿No es culpa tuya? -respondió la navegante agarrándolo de los cachetes. A ella no podía intimidarla, no iba a dejar que lo hiciera- ¿Cómo te sentaría si dejara que cualquiera hombre me agarrara y manoseara? ¿Te gustaría verlo?

-Me daría igual.

-Con que esas tenemos... -fue lo único que dijo Nami- ¿Así pues mañana tengo permiso para bañarme con Sanji? -Luffy la miro seriamente.

-¡¿Sanji?! ¡NO! -gritó el pelinegro en medio de la calle- Báñate conmigo no con otros -exclamó el chico.

-Ahí lo tienes -dijo entonces Nami- Quiero que te restriegues conmigo, no con otras. Si alguien va a provocarte quiero ser yo, no otras. Soy una pirata no lo olvides, me gusta que mis tesoros sean solo míos -sentenció la pelirroja susurrándole al oído.

-Vale, lo pillo -dijo Luffy atrapándola por la cintura- Pero quiero que sepas que nunca me provoco Hancock, mis ojos siempre están posados en ti. Mis deseos solo te incluyen a ti, a ninguna otra. A quién quiero hacerle el amor es a ti -Nami se sonrojó y agarró a la camisa del chico- Y ahora mismo a quién quiero dar placer es a ti, tu decides Nami ¿Vamos a la habitación o sigues enfadada?

-Quizás quiera seguir enfadada -contestó la pelirroja haciéndose la dura.

-Mmm entonces te lo haré aquí mismo, realmente me pone mucho verte celosa -sentenció agarrando sus glúteos y lamiendo su oreja, Nami soltó un suspiro.

-Joder, vamos a mi cuarto.

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Luffy iba delante, llevaba a Nami de la mano que le observaba atentamente. Tenía una espalda ancha y un buen culo su capitán, observó también su cogote, no sabía porque pero se sentía atraída a engancharse a él, si lo conseguía tendría  a mano todo lo importante pensó con una juguetona sonrisa.

Nami observó que Luffy iba a pasarse la habitación por lo que freno en seco.

-Es aquí Luffy -dijo colocando su mano en la puerta, Luffy coloco la mano encima de la suya y la frenó.

-Ese cuarto esta ocupado navegante -susurró con una sonrisa, Nami enrojeció al instante. Robin estaría con Zoro- Vamos al mío.

Nami esperaba encontrarse un cuarto desordenado, pero no era así. Todo estaba en su sitio y unas cuantas velas iluminaban la habitación.

Thousand PassionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora