Hola

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Día 23

Es jueves a las 9 am, Dylan abre la puerta de su dormitorio y se asoma a la habitación de Yue; ella todavía está durmiendo y él lo encuentra muy extraño, pues nunca duerme hasta tarde a menos que esté enferma. Por supuesto, ahora él está preocupado: su vecina testaruda tiene una tendencia a lastimarse o enfermarse fácilmente...

Después de un rato, Yue baja a desayunar y Lusi está justo detrás de ella. Dylan se siente aliviado, pero ambas mujeres parecen haber sido atropelladas por un autobús y Dylan se pregunta en silencio qué les habrá pasado. Ni siquiera se hablan entre ellas.

Esta casa se ha convertido en un campo de batalla y Dylan necesita encontrar una zona neutral para esconderse o se convertirá en una víctima del fuego cruzado. Se pone de pie y comienza a caminar hacia su estudio, donde espera desaparecer todo el día hasta que el conflicto haya terminado.

"¡Dylan! – Lusi grita y las fosas nasales de Yue se ensanchan en cólera. – ¡Tu esposa me mantuvo despierta toda la noche para evitar que fuera a tu habitación de nuevo!" le grita a él, pero mirando a Yue.

Dylan se sobresalta al escuchar el grito y la noticia y se da la vuelta con una cara conmocionada: "¿Qué?"

"Ella – Lusi dice apuntando a Yue – ¡está celosa! ¡No quiere que esté contigo! ¡Dijo que eras su marido y me llamó mujerzuela!" Lusi sonríe maquiavélica ya que, según ella, esto hará que Yue se retire de la competencia.

"Shen Yue... ¿Realmente me llamaste tu...?"

"Psst... No sé de qué está hablando..." el orgullo de Yue se apodera de ella y niega todo.

Las chicas empiezan a discutir y gritar y Dylan se da cuenta de que es inútil quedarse allí; Yue caerá muerta antes de reconocer algo.

Dylan pasa el día en su estudio, evitando a las mujeres, y luego va directamente a su dormitorio por la noche. Hay un problema con su puerta, sin embargo, no se cierra porque perdió la llave hace meses. Espero que Lusi no intente volver...

En la habitación de Dylan hay una chimenea y esta noche hace mucho frío afuera, por lo tanto, ¿por qué no encender ese fuego acogedor y relajarse, lejos de la zona de guerra?

Ajusta la madera, inicia la llama y luego se va a la cama. Se siente como si estuviera dentro de una cabaña en las montañas, solo, sin peleas de chicas, con el ruido relajante del fuego que lo acompaña como una dulce melodía. ¡Qué tranquilidad!

Al otro lado del pasillo, Yue no logra dormirse, está mirando el techo, nerviosa, preocupada, ansiosa... ¿Por qué me importa si se acuesta con Lusi? ¡No es asunto mío! Mejor descanso... ¡Puede acostarse con quien quiera! ¿Correcto? Estaba acostumbrado a hacerlo antes del aislamiento, y ahora tiene a alguien de nuevo... Pero ¿rechazó a Lusi anoche o no? ¡¿Ya se acostó con ella?! ¡Me duele el estómago! ¿Por qué me duele? ¡Basta, Yue! Cierra los ojos y deja que hagan lo que quieran.

Sin embargo, tan pronto como Yue oye la puerta de Lusi abrirse, su corazón se salta un latido y se irrita, se enfurece incluso. ¡No dejaré que se acueste con él! ¡Soy yo su esposa!

Yue se apresura al pasillo y ve a Lusi caminando hacia ella.

Esto de repente se convierte en la escena de una película donde el vaquero desafía al criminal a un duelo: Lusi se detiene a pocos pasos de distancia y Yue la mira indignada. ¿Cómo se atreve? Yue da un par de pasos hacia la puerta de Dylan y pone la mano en la perilla con una sonrisa malévola. Lusi no puede creer que sería capaz de eso... Todas las implicaciones de ese gesto son espantosas, ¡Yue no tendría la audacia! Así que le lanza a Yue una mirada de "A que no te atreves"... y Yue acepta el desafío: abre la puerta y entra en la habitación de Dylan, cerrando detrás de ella.

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