Día 10
Son las 5 de la mañana y Dylan se despierta incapaz de dormirse de nuevo. Sigue preguntándose por qué a la tonta mujer que vive bajo su techo no le gusta cerrar la puerta del cuarto. Como sigue pensando demasiado en esto, decide ir al gimnasio por un rato y sudar para sacarse todo de la cabeza.
Dylan nunca entrena por la mañana, no es una persona mañanera; normalmente, no tiene idea de lo que sucede en el mundo antes de las 8 a.m., a menos que se le llame para una emergencia. Por lo tanto, él no tiene idea de que su encantadora esposa hace ejercicio todos los días a las 6:30 a.m. en el gimnasio.
Cuando termina su entrenamiento, Dylan sube las escaleras para ir a la cocina a tomar algo. Al mismo tiempo Yue baja toda contenta, vestida con ropa deportiva ajustada y su pelo en un lindo moño de nuevo.
De repente, se encuentran frente a frente: él la mira y ella lo mira.
¡Santo cielo, está buenísima!
¡Santo cielo, está buenísimo!
Ambos sienten el estómago que se voltea y ella jadea. Los dos se sonrojan, tratando de controlar el impulso de comerse con la vista al otro mientras aguantan la respiración...
Están conmocionados, no solo de verse, sino por el hecho de que por primera vez en sus vidas sus cuerpos sienten algo que nunca antes habían sentido, una reacción inesperada y desconocida.
¿Será el efecto del aislamiento? ambos especulan...
Dylan finalmente observa a Yue de pies a cabeza, sus ojos son imparables. Guao... Ella lleva puestas llamativas zapatillas Nike, sus tobillos son provocativos, los leggins que tiene puestos le permiten a Dylan apreciar toda la forma de las piernas de Yue que terminan en una redondez firme asombrosa... Sus caderas son sexys y están envueltas estupendamente por la ropa ceñida, su abdomen expuesto se ve tan delicado, y su ombligo no podría ser más llamativo... Entonces los ojos de Dylan viajan hasta la notable curvatura de su sujetador deportivo... La forma de esa fruta de la pasión es completamente apreciable y... discernible... ¡Vaya! Sus corazones comienzan a palpitar como nunca lo han hecho antes, él de admirarla y ella de sentirse escudriñada descaradamente. Dylan sigue observando y ahora se da cuenta de cuán sensuales son los hombros de Yue y esas clavículas sugestivas... El cuello de ella es tan atractivo que Dylan empieza a preguntarse cómo podría oler y saber... Pero la cereza en la torta es esa cara hermosa, perfecta en toda su forma, desde sus labios carnosos hasta sus dulces ojos marrones grandes... Y el moño en su cabello corona la perfección de la agraciada princesa.
¡¿Qué rayos me está pasando?! ¡Dylan! ¡Basta! Pero no puede dejar de contemplarla y sentir que algo en su cuerpo cambió hoy. Las palabras de aquella linda doctora de repente retumban en su cabeza: 'El día que la conozcas, todo funcionará correctamente, ¡confía en mí!' Con ese recuerdo, sus rodillas se tambalean por primera vez, aunque trata de ocultarlo apoyándose en el pasamanos como si nada.
Mientras tanto, ella también lo está inspeccionando, tratando de recuperar el aliento...
¿Cómo puedo seguir viviendo con este tipo? No, no, no... Tengo que salir corriendo tan lejos como pueda... ¡Huelo problemas! Mira esos músculos pectorales. No, no, no... Ese cabello brillante, señor, quiero tocar ese maravilloso pelo negro... Apuesto a que me hará cosquillas en la mano... ¡¡¡Yue!!! ¡Detengan esto! ¡Deja de mirar sus largas piernas y su sexy cuello! ¿Qué me está haciendo? ¡Yo era inmune a los encantos de todos los hombres! ¿Tenía que vivir con la excepción a la regla? ¿Cuáles son las probabilidades de que eso pasara? ¡Imposible! Probablemente es solo la cuarentena jugando trucos en mi cerebro... y cuerpo... ¡Despierta! ¡Sacúdete!
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Indiferencia
RomanceLa indiferencia es un estado de ánimo que se caracteriza por una ausencia total de sentimientos hacia una persona, objeto o circunstancia. ¿Se puede de ahí llegar al amor? Quizás solo se necesitan las circunstancias apropiadas...