UNO

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Antes de comenzar a leer, me emocioné un poco con la pareja y les dejo esto 🤗.

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Natalia Shostakova cenaba tranquilamente sin dejar de observar a una familia a unas mesas de su posición. Las dos niñas de cabello oscuro, quienes parecían llevarse dos años de edad, se alternaban para hablar, haciendo sonreír a sus padres. El sentimiento de envidia se instaló en ella sin que pudiera evitarlo. Desvío la vista cuando sintió la amenaza de lágrimas comenzando a acumularse.

Miró la hora en su celular. Lo correcto sería cancelar su cita, lo sabía muy bien. Sería muy egoísta continuar con algo que sabía que le hacía mal a otras dos personas, aunque estas no tuvieran idea de lo que estaba sucediendo.

Engulló el resto de su hamburguesa y se limpió la boca con la servilleta. Agradecía el estar utilizando un labial de larga duración que no le complicara las cosas. Después de beber toda el agua que pidió, pagó la cuenta y salió afuera.

Extrajo un cigarrillo de su abrigo y lo encendió. Su celular vibró y no se molestó en revisarlo, pues un vehículo gris se acercó a la entrada. Se sintió tentada a no deshacerse del cigarrillo. Él ya le había mencionado en varias ocasiones que no le gustaba el aroma y aun así nunca se había negado a besarla después de que ella estuviera fumando.

―Llegas un poco temprano ―comentó acomodándose en el asiento del copiloto.

―Había poco tráfico ―sonrió inclinándose un poco hacia ella.

―No creo que quieras besarme...

Él tomó su rostro entre sus manos para darle un beso de bienvenida. La besó de forma demandante en compensación por el tiempo en que no se habían visto.

Natalia se apartó riendo.

―Deja un poco para más tarde ―bromeó cuando escucharon que alguien tocó la bocina.

Barber había olvidado presionar el botón para activar la luz de stop. Al escuchar la bocina del auto trasero por segunda vez, puso el vehículo en marcha. No hablaron en el camino. Natalia estaba tan ansiosa que temía demostrarlo. En pocos minutos llegaron hasta el hotel cinco estrellas en el que se hospedaba el hombre. Andrew estacionó el vehículo y metió la mano en el bolsillo interno de su saco.

―Habitación 222 ―entregó la llave magnética―. Esperaré cinco minutos y te seguiré.

La mujer asintió y le dio un beso rápido antes de bajar. Normalmente, él hubiese dejado que el valet parking se encargara de estacionar, pero debían ser muy discretos. Que los vieran juntos en la entrada de un hotel era peligroso. Como asistente del fiscal de distrito, Barber tenía una reputación que cuidar. Además, Natalia estaba casada con un empresario ruso con el que no se debía jugar.

DESLIZ || Andrew Barber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora