Epílogo

1.7K 228 52
                                    

La boda había sido grandiosa, la más simple y lujosa que se pudo. Claro que el lujo se fue por la borda en cuanto todos comenzaron a bailar, fue una noche perfecta según Seungmin que, ahora traía el cabello color rosado.

Sin embargo, aún no podían tener una luna de miel como la gente.

Claro que habían pensado muchos lugares a los que querían ir pero las circunstancias no se lo habían permitido. Ambos estaban demasiado ocupados.

Chan apretó el gatillo una vez más mientras continuaba caminando por aquel desolado casino. Puesto que tenía un silenciador, no era posible que lo oyeran tan fácilmente.

Pateó la puerta donde se suponía estaba el pez gordo y sonrió al ver a su esposo allí sentando en el regazo del hombre, que estaba atado a la silla y amordazado.

— ¿Hice un buen trabajo, daddy? —su voz fue juguetona.

— Excelente, bebé. —se acercó hacia él— Te luciste.

— Un placer. —lo besó.

— Ahora volvamos contigo. —le sacó la mordaza al hombre de la silla— Mi querido Junsu, ¿qué es lo que tienes para decirme?

— ¡Desátame, jodido loco! —jadeó, el sudor recorriendo sus gordas mejillas.

— Dame razones para hacerlo, mi amoroso Junnie. —acarició su mejilla.

— ¡Yo no hice nada, desátame! —se removió en la silla.

— ¿Cómo explicas entonces, el hecho de que faltaban unos cuantos kilos de cocaína en mi cargamento, y que esos están en la bóveda de tu maldita mansión? —jaló su blanco cabello.

— ¡N-No lo sé, de verdad que no lo sé! —gritó— P-Pero por f-favor no m-me mates... No le harías eso a un amigo de tu padre, ¿o sí?

— Tú no eras amigo de mi padre. —rió— Incluso nos delataste con el idiota de Zhou.

— C-Claro que no... ¡De verdad que no, lo siento! —sollozó.

— En fin, me quedaré con tus casinos y también con tu mansión. —le sonrió burlón.

— ¡N-No puedes hacer eso..!

— Claro que puedo, es más, ya tengo los papeles. —dijo— Cortesía de tu espos- me corrijo, disculpa. Ex esposa. —finalizó.

— Esa puta... —gruñó por lo bajo.

— No la llames así, te lo mereces. —le dió un puñetazo— La golpeabas y maltratabas de todas las formas posibles, pero ahora te toca a ti, genio.

— Al menos ten un poco de piedad, por todas las veces que te quedaste en mi casa cuando eras pequeño. —dijo rápido, asustado.

— Bien, tienes razón. —se encogió de hombros— Yo no voy a matarte, te aprecio un poco. —se giró para ver a su esposo— Mimi, hazlo por mi.

Con una sonrisa dibujada en sus abultados y rosados labios, el de pelo rosado tomó la escopeta firmemente y apuntó hacia la cabeza del hombre, disparando sin siquiera dudarlo. Pronto, las paredes estuvieron llenas de sesos y el piso con un charco de sangre.

— Se lo merecía. —dijo Bang— Pero, dime amor... ¿Qué opinas de tener una cadena de hoteles y casinos? —tomó su mano.

— Suena bien. ¿Qué nombre le pondrás? Mi mente es buena para hacer finanzas y todo eso, puedo ayudarte. —comenzaron a caminar fuera de la oficina.

— No, no. —negó— Tú vas a ponerle un nuevo nombre, mi amor. —tomó su mejilla— Serán tuyos por completo Seungminnie. —le sonrió.

— ¿M-Me estás hablando en serio? —respondió agitado— Es d-demasiada responsabilidad y-

Sirens ❣︎ chanseungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora