Kings never Die © [Terminada]

Cap 43 [Y si no que]

Ryan Evans.

Puedo con su odio, puedo con el desprecio puedo con todo pero necesito tiempo.

Siempre fue la clave, pero que me grite que me largue y no haya podido sacar su palabras de mi mente toda la noche después abrace de ese modo me confunde. Me supera.

No tengo cómo procesarlo no se que mierdas tengo que hacer. No puedo permitirle vengarse de mí de este modo. Solo debo dejar que me saque de su vida.

Apoyó la frente contra el casillero respirando con lentitud, intentando mantener la calma. Verle con otra chica me supera por mucho y aunque me repito que debo dejarlo ser no deja de revolverme la existencia.

Han pasado un par de días, llenos de miradas complicadas y rezagos de odio que contaminan sus orbes, Le evitó. Le evito porque no se como mirarle, como hablarle o si siquiera quiera hacerlo, no se como.

¿Acaso volví demasiado pronto? Quizás.¿No debí volver? Puede ser.¿Quiero huir?......

—¿Has visto a la novia del griego? —Parpadeó mirando al suelo en el momento que todo se estruja en un solo nudo en mi garganta cuando entiendo que hablan de de Eross cuando enaltecen sus orbes, su porte, e incluso sus hoyuelos.

Veo el momento justo en que empieza el leve temblor. Sacudo las manos con intención de que desaparezca llevo un par de meses sin episodios importantes. Mas que las constantes amenazas a Beck.

El día apenas empieza y no puedo empezarlo así, no debo. Aun me quedan horas de entrenamiento antes de poder volver a casa.

—Es alucinante. —Asegura la misma voz aparece —Boxea como los dioses. —La leve sonrisa se dibuja en mis labios.

La ira aparece, trepa por mis pulmones y se adhiere a mi garganta, con intención de nublar mi mente.

Lo sabía, ¿Cómo iba a ser de otra forma?, él es un maldito sueño, siempre lo fue. Supongo que ahora lo es para alguien más. Me concentro en respirar, en tratar de aceptarlo, aunque yo lo ame ahora esta con alguien más. Nadie me obligó a irme, las consecuencias son solo mías.

"Solo mias" Repito en mi mente una y otra vez.

—Dicen que la ama. —Murmura otra voz. Puedo sentir el momento justo en el que todo se rompe por dentro, las piezas de esto tan poco que puede reconstruirse se desperdiga entre mis manos.

La frustración me supera por un segundo, el golpe seco de mis nudillos desnudos contra el casillero, producen un ruido abrasador, el gimoteo de susto de quienes hablaban aparecen y este es el primer destello ira sin control, así como sus pasos apresurados en mi dirección.

Mi respiración se hace un jadeo

Sus miradas encuentran la mía, llenó de aire mis pulmones y levantó el mentón para sonreír sin expresión fija.