3° Mangaka - Shikamaru x Kiba

435 33 39
                                    


Hola!!! Este drabble fue creado para @yuriko83 pues, porque ella me lo pidío.

Lamento mucho la demora, es que había estado algo ocupada con las otras historias y por ende no había escrito esta.

Es posible que tenga bastante Occ porque no había trabajado nunca a esta pareja. Pero espero haberte satisfecho.

Sin más que decir. Disfrutalo y muchas gracias por leer!!!

-Oye, Sensei, no crees que esto es un poco...depravado.

-No tengo idea de que hablas Kiba.

Kiba Inuzuka de tan solo veinte años,  observaba como el mangaka detrás de él, dibujaba aquella poco elegante posición en la que el mismo le hizo ponerse.

Con las manos amarradas, sin camiseta, con la cremallera de sus jeans abierta y con su cuerpo recostado a la pared, a excepción de su trasero que se encontraba levantado.

La mirada de perfil del chico se veia avergonzada, mientras el hombre aburrido seguia dibujando.

Él era uno de los ayudantes y aprendices de Shikamaru, el cual publicaba un excelente manga, donde el protagonista es un semi-humano que se une a un grupo de aventureros que buscan rescatar a una semi-dios que fue aprisionada por las garras de un funesto dragón que se enamoro de ella.

Una idea un tanto rara al principio, pero que termino siendo un exito total, al no estar llena de clichés ya tipicos del manga japones.

Ese día inocentemente se había quedado unas horas extras a ayudar al mangaka, ya que este le confesó, que tenía algunos problemas con la perspectiva de sus personajes.

Pero no imagino que el hombre tan solo dos años mayor que él, le pusiera en tal posición.

-Oye ¿Para que parte del manga dijiste que era esto? – pregunto el chico de cabellos castaños.

-Que fastidio – le escuchó quejarse – unos mercenarios asquerosos, quieren raptar al protagonista, y venderlo como esclavo.

-Parece Yaoi – se quejo Kiba.

-Eso no importa, acomodate bien o tendré que ir a hacerlo yo – Se quejó el sensei mientras seguia dibujando.

Pasarón unos minutos y por fin pudo dejar su posición, respiro hondo y dejo escapar un suspiro lleno de cansancio.

Se acerco hasta el hombre mayor y observo la gran diferencia que había cuando se tenía a un modelo para dibujar.

Ese nuevo dibujo tenía mejores proporciones y una mirada realmente sexy, como siempre, le sorprendía que un hombre tan aburrido como Shikamaru pudiera dibujar y expresarse tan bien en un manga.

-Muy bien, solo te necesito para una ultima posición, por favor – pidió mientras buscaba algo en una bolsa – Sientate en el suelo por favor, sobre tus propias piernas.

El chico castaño tomó la pose que se le pidió, y espero a que le dijeran si estaba bien.

Observo a Shikamaru caminar hacia él, con una bolsa de compras en la mano, parecia ser de una Petshop, y se pregunto con tranquilidad pero curiosidad cual sería el contenido de la bolsa.

-Que fastidio – Lo escuchó quejarse de nuevo – ni siquiera te sabes sentar bien.

-Oye, yo hice lo que tú me dijiste – se quejo Kiba mostrando sus colmillos que lo hacian lucir como un cachorro.

Shikamaru paseo sus manos por las piernas del chico estirandolas y separandolas un poco, quedando en forma de W, acarició los muslos del más joven al notar como este dijo un pequeño quejido de dolor.

Subio sus manos y palpo sin miedo ninguno el pecho del menor, y entonces se dispuso a sacar lo que se había mantenido oculto en la bolsa.

Kiba también observo con curiosidad como sacaba aquello, pero en cuanto lo vio, deshizo su posición y miro con miedo al mangaka.

-Estas enfermo viejo – le comentó mientras se echaba hacia atras.

-Tranquilo, lo compré en una tienda de mascotas, nadie sospechara que no tengo perros y lo usaré para ti.

La voz del sensei, hizo temblar al Inuzuka, el cual paralizo una sonrisa en su rostro.

-No. Ni mierda sensei.

El otro intento huir, y de la nada se vio abordado por el hombre, el cual detuvo su huida tomandolo por las caderas.

-Vamos Kiba, solo una vez, nadie lo sabra – la voz suave del mangaka era algo a lo que rara vez podía resistirse y por ende termino aceptando

El castaño se encontro a si mismo, con los brazos amarrados y con ese peculiar collar para perros en su cuello mientras este estaba sujeto a una barra metalica.

Shikamaru se quedo mirando con atención el cuerpo del chico, y trago saliva, él no era muy fan de los fetiches pero ese, se le había hecho muy atractivo.

Se puso de cuclillas frente al Inuzuka haciendo que este lo mirara, no supo que fue, pero cuando reaccionó ya se encontraba así mismo chupando vigorosamente uno de los pezones de Kiba.

-¿Qué demonios hace sensei? – se quejó recibiendo una mordida leve en su pezón.

-Mhmm – el sensei no dijo nada y se enfoco en seguir chupando esos botones oscuros que le sabían delicioso.

El hombre finalmente lo soltó, y observo a su ayudante, este más avergonzado, se fijo en la creciente erección del mangaka.

-Nunca pensé, que usted tuviera esos fetiches – Aseguro el castaño.

-Usualmente no, pero esta vez, se me hizo delicioso – dijo mientras se mordía el labio.

Se sorprendio al ver como el pie de Kiba se había aproximado hasta su bulto, y lo había tocado descaradamente insitandolo.

-Esto solo es por ayudarlo en el manga, ¿Entendido Sensei? – escuchó la voz ronca del chico.

-Bien.

Sin medir distancia se aproximo voraz, deborando los pezones semi endurecidos del chico.

Los probo mientras le quitaba la ropa y besaba por todas partes. Sus labios se centrarón en el caliente cuello mientras chupaba despreocupado, buscando dejarle la marca de sus besos.

El menor abrió sus piernas, arropando la cintura del mangaka y buscando sus labios para sentir su lengua mojada.

Sintió un dedo iniciar su camino hasta su entrada, y solto una sonrisa.

-Pensé que los rodeos te fastidiaban – le comentó burlandosé.

-Es un fastidio necesario – le dijo con sus ojos adormilados pero con una sonrisa.

Los gemidos empezarón a invadir la habitación, mientras se tocaban descaradamente y el miembro de Shikamaru iniciaba su recorrido hasta el interior del Inuzuka.

El cual se frotó gustosamente contra aquel palpitante miembro que lo penetraba.

Después de todo, Kiba era gay desde casi siempre, por lo que ser llenado no fue problema para él.

Sintio las fuertes y ricas embestidas del mayor, que iba lo suficientemente rapido como para poner a gritar a Kiba por más.

Apretó su agarré cuando sintió que se venía y se permitio acabar dentro del castaño que acababa de correrse, entonces observo el cuerpo de Kiba agitado y agotado, mientras algunas gotas de sudor descendian por su piel.

Entonces se fijo en el collar que aun seguia en el cuello de su ayudante.

Parecía que el afrodisiaco que huntó en el collar sirvio bastante.

El Callejón De Los Ships.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora