Bangtan Oneshots +18

mafia. myg

-Sangre

-Muertes :)

Cockwarming: Es el acto donde un hombre entra su ereccion en la vagina o ano de su pareja con la idea de mantenerse caliente- es una forma mas intimida de la cucharita. 

Estaba jodida, muy jodida. Mi vestido largo blanco estaba manchado de sangre mientras el hombre reposaba contra el gran sofá gris de la casa, el cuchillo que estaba en mi mano seguía dejando caer gotas de sangre. Las armas que escondía Yoongi normalmente por la casa no estaban y el lugar claramente estaba más silencioso de costumbre.

La mansión Min estaba completamente vacía, ningún sirviente o guardaespaldas. Sabía muy bien que Yoongi jamás me dejaría aquí adentro sola, solo había dos situaciones en las que pasaría algo así, o esto fue ingeniado por él o simplemente había caído su imperio. Me agacho a ver si el hombre todavía tenía pulso, mi intuición siendo certera, había muerto con solo rajarle ese lado del cuello.

Me levanto nuevamente y me dirijo a la cocina por un vaso de agua. El único sonido que retumbaba eran mis tacones, cada paso avecinaba mi entrada a la cocina. La encimera de caoba brillaba, no había nada encima de esta, sin importar que cuando estuve hace unos 30 minutos las señoras de la casa estaban haciendo varios de los postres favoritos de Yoongi.

La recién ducha que me acaba de tomar fue refrescante, deje caer la toalla quedando completamente desnuda en el gran vestidor que compartía con Yoongi. Mis manos pasándose por varios conjuntos de roba interior para salir escogiendo uno blanco, hoy era un buen día. Y cuando tengo un buen día siempre es Yoongi el que lo arruina por eso me pongo su color menos favorito, el blanco. El color representante de la pureza, el cual Yoongi tanto detestaba en mi porque según él yo estaba lejos de ser un ángel puro.

Finalmente me acomode en los bellos tacones blancos con suela roja para bajar a la sala, mis tacones resonaban por la mansión mientras que en mi bajada por las escaleras podía ver a los guardas parados como soldados en todos los bordes. Al llegar al primer piso me dirijo a la cocina para ver de dónde venían tantas risitas.

Me detengo frente a la cocina, las empleadas callándose apenas me ven seria. Mis manos cruzándose frente a mi pecho mientras veo todo el desorden en la cocina. Varios rollos de cocina y masa de postre sobre la gigante encimera.

- ¿Que hacen?

-Buenas noches señorita Lee, estamos preparando algunos postres para el señor Min. ¿Le gustaría pasar a ver si son de la preferencia del señor? - asiento para caminar hacia ellas, logrando ver varias mezclas de tortas y algunos moldes de galletas.

-Yoongi se come todo lo que pueda ser dulce, solo recuerden probarlo antes ustedes no queremos perder al señor Min- me alejo hacia la sala para empezar a trabajar en rediseñar.

Me sirvo el vaso y me siento en uno de los taburetes sin soltar el cuchillo, una sonrisa formándose en mi cara por puro nerviosismo. De lejos debo de parecer una loca, sentada con un vestido blanco de forma elegante, con una copa de agua y un cuchillo lleno de sangre reposando en mis piernas.

Mi cuchillo se clava rápidamente en el cuerpo que se acercó a mí por detrás, porque sin importar todo lo que lo intento, no logro ser lo suficientemente silencioso. Volteo mi mirada con indecencia, el hombre que se veía mucho más joven que el otro me miraba sorprendido mientras yo retorcía el cuchillo en su abdomen para sacarlo poco después, él tropezó hacia atrás para así caer contra uno de los estantes. Me baje lentamente del taburete viendo como el chico miraba todos mis movimientos, mi vestido blanco ahora cubierto con manchas color café y rojo oscuro, su borde inferior que chocaba contra el piso ya estaba completamente rojo por toda la sangre que le salía al chico.