Bangtan Oneshots +18

bath. jhs

Entro a mi habitación recién llegada de la universidad, Hobi quedo en ir a su casa por unas cosas para luego pasar la tarde juntos. La idea principal de esta tarde juntos era planear nuestro viaje de vacaciones, un viaje que juntaría a mi grupo más cercano de amigas con el de él, estábamos jugando un poco a ser cupidos.

Mientras que Hobi llega me dirijo a mi baño personal y abro el agua de la tina para poder relajarme. De un gabinete saco el jabón con olor a vainilla y lo echo en el agua mientras se llena la tina para que así se creen burbujas. Me quito el vestido de flores con el que fui hoy a la universidad quedando en mi ropa interior, me retiro los anillos y pulseras dejando únicamente el anillo que me regalo Hobi de cumpleaños, cuando el agua ya ha llegado a un buen nivel, cierro la llave. Me quito la ropa interior y me adentro en la ducha.

Apenas estoy dentro de la tina las burbujas me cubren por completo, dejando una paz interior, me hubiera gustado poner música, pero si salgo de la tina en estos momentos causaría un desastre completo. La puerta de mi cuarto se abre, dejando pasar a mi madre dentro.

-Sunhee, dentro de una hora nos vamos tu papa y yo al aeropuerto, recuerda cuidar de los perros y darle de comer a Hobi cuando venga a estar contigo- Y sí, mi mama amaba a Jung Hoseok como si fuera su hijo, algo que mi mejor amigo con derechos se había ganado en esta casa.

-Si mama, Hobi no demora en llegar, deberías de bajar a recibirlo- Mi mama me mira emocionada, los ojos se le iluminan y sale corriendo de mi cuarto gritando que, porque no le había dicho que Hoseok vendria, que iba a hacer ensalada de frutas para los dos. Yo simplemente me rio en la tina mientras juego con las burbujas.

No demora en oírse la alarma de la casa dando a entender que mi madre ha abierto la puerta de entrada y que Hobi ha llegado. Se oye la risa de Hobi por toda la casa, ya que mi mama siempre lo recibe con algo diferente en las manos. Lo más probable es que Hobi se dirija a mi cuarto con el gran cuenco de fruta.

-Gracias señora Kim, la vamos a disfrutar mucho- dice mientras sube las escaleras, la puerta de mi cuarto se abre y se cierra, sonando el pestillo también.

-Sunhee~shii- Hobi saluda con una voz aguda, el sol de mi vida entrando a mi baño con su maleta de la universidad en un hombro, el gran cuenco de frutas en una mano y unas flores en la otra mano. Eran unas fresias amarillas con un gran olor potente, mezclándose con el olor de la vainilla.

- ¿Me trajiste flores? - digo sacando las manos del agua, Hobi deja su maleta al lado de la puerta y el cuenco lo pone en un borde de la bañera.

-No, Sunhee~shi. Se las traje a tu mama, dijo que las subiera para mostrártelas. Están lindas, ¿cierto? - lo miro con incredulidad, metiendo de nuevo las manos en la tina. Hobi atrae un asiento que tengo dentro de mi baño y se sienta a mi lado.

-Si están lindas, ¿y mi beso? - cuestiono mientras saco mi mano del agua y jalo de su corbata suavemente para atraerlo a mis labios, los dos dándonos un beso después de mucho tiempo. Nuestras lenguas saboreándose por primera vez en una semana, el beso comunicaba necesidad, pero también las ganas que habíamos acumulado en la semana. Mis manos se enredaron en su pelo mientras la de él se había posado en mi cuello. Cuando nos vamos a separar Hobi me muerde el labio haciendo que un pequeño quejido salga de mi boca. Antes de alejarse y coger el cuenco de frutas me da un pico en la boca.

-Sunhee~shi, me extrañaste- el no preguntaba, el simplemente afirma que lo extrañe, algo que es completamente verdad. Hobi hoy andaba con el uniforme del consejo estudiantil, porque el solecito pertenece ahí. Representa a su facultad, la facultad de bellas artes. Yo estuve en el consejo estudiantil representado también a mi facultad, pero me echaron cuando se la chupe al presidente del año pasado, era un amigo de Hobi, Jungkook si no estoy mal. Se notaba que se quería quitar ese uniforme porque venía con la camisa por fuera del pantalón y la corbata un poco suelta, estoy segura que quiere volver a meterse en sus sudaderas y camisas de colores vivos con las que siempre mantiene para poder bailar libremente.