|Epilogo|

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Cerré la puerta del taxi que me había traído de regreso a Daegu, solté un largo suspiro, deje de mirar al taxi para poder percatarme del edificio frente a mí, la pintura parecía ser reciente, se veía mucho mejor que antes que cuando llegué por primera vez, la brisa del aire pegaba en mis mejillas suavemente, hacía algo de frío, pero eso no impediría que me acobardará por no traer un suéter para cubrirme del frío. Ciertamente el clima era muy distinto.

Han pasado casi seis meses desde mi partida, cuando por fin había puesto un pie en Ulsan, en lo único que podía pensar era en regresar aquí, pero no podía hacerlo, tenía que juntar el dinero suficiente para por fin poder regresar a Daegu, y eso fue lo que tuve que hacer. Conseguí un empleo en una oficina, había sido más laborioso de lo que pensé que sería, pero la paga era lo suficientemente buena como para quedarme allí por un tiempo, pensaba que con eso lograría escapar de Ulsan lo más pronto posible y así lograr estar en Daegu de nuevo.

En dos meses había logrado juntar el dinero suficiente, estaba feliz, podía regresar a Daegu y volver a reencontrarme con Yoongi, pero hubo algo que no me esperaba, cuando estaba casi a punto de empacar mis cosas, había recibido una llamada urgente de parte de mi madre, me había dicho que debía de regresar a Busan lo más pronto posible, que mi abuelo no se encontraba en muy buenas condiciones de salud, y que debía estar allí quisiera o no. Termine gastando mi dinero del viaje de regreso a Daegu, en volver a Busan y ayudar a mis padres en los gastos del hospital en el que mi abuelo estaba siendo atendido.

Otros dos meses habían pasado, y en el final del segundo mes estando en Busan, mi abuelo me había pedido que lo llevará a la playa más cercana del hospital, por más que le había dicho que no debía de salir de la cama porque estaba muy delicado, él se negó rotundamente a mis peticiones, y me dijo que esa era su última voluntad, el nudo en mi garganta de inmediato se había hecho presente, tuve que hablar con las personas del hospital y con mis padres, afortunadamente estuvieron de acuerdo en que lo llevará a donde él deseaba estar en ese momento.

En fin, cuando por fin estuvimos en la playa, el atardecer se había hecho presente ante nuestros ojos, estaba sentado en la arena, junto a mi abuelo, disfrutando de como el cielo pasaba a ser cada vez más oscuro, dando paso de ese modo a la noche, me sorprendí cuando mi abuelo me dijo, que podía dejar de escapar si encontraba a la persona correcta con la que me gustaría pasar el resto de mi vida, y más grande había sido mi sorpresa al escuchar que él ya sabía que había encontrado a la persona correcta ay que debía ir de nuevo con aquella persona, esas habían sido sus últimas palabras, antes de que cerrará los ojos para siempre, a pesar de la tristeza que había sentido al tener su cuerpo inerte y tibio a mi lado, no pude evitar sentirme feliz ya que él me comprendía en todos los sentidos.

Me quedé dos semanas después de su funeral, quería darles apoyo a mis padres y sobre todo a mi madre, quien no había parado de llorar casi por una semana entera, en verdad que el abuelo había sido una persona muy importante para toda la familia.

Después de aquello, tuve que quedarme un poco más de tiempo, juntar más dinero y por fin volver a decirle adiós a mi ciudad natal, y ahora estaba de nuevo aquí, en Daegu, de nuevo frente a ese mismo edificio, mirando hacia el balcón, en dónde sé que se encuentra el departamento de Min Yoongi.

—¿J-jimin? —sentí como si el tiempo se hubiera detenido por unos instantes, despacio miré hacia la izquierda, allí parado, con dos bolsas de supermercado en sus manos y una hermosa sorpresa en su rostro, se encontraba el amor de mi vida, Min Yoongi.

Mi corazón latía en desenfreno con su imagen a unos pasos de mí, no era una ilusión provocada por el frío en Daegu, era él, tan real como siempre lo quise tener de nuevo, y definitivamente no dejaría que se fuera de mi lado nunca más. Sonreí y me giré para poder quedar de frente a él.

—Hola de nuevo, precioso —ni siquiera sabía cómo había logrado abrir la boca para pronunciar aquellas palabras.

Yoongi dejo caer las bolsas al suelo importándole poco el contenido de las mismas y corrió hacia mi dirección, de inmediato extendí mis brazos esperando a que llegará conmigo para recibirlo en un gran abrazo, y con una hermosa sonrisa lo recibí entre mis brazos.

Era tan fabulosa la sensación de tenerlo de nueva cuenta entre mis brazos, podía sentirlo de nuevo, tocarlo, besarlo, acariciar sus cabellos, decirle los millones de cumplidos que pudiera, quería que ese momento se quedará congelado por el tiempo y que jamás se acabará.

—Te extrañé tanto —comento mientras restregaba un poco su rostro sobre mi pecho, sonreí al sentir su hermoso rostro sobre la tela de mi playera.

—Y yo a ti, Yoongi —lo extrañe como nunca había extrañado a alguien en mi vida.

—¡Bienvenido! —se separó un poco para decirme aquello, pude acariciar su mejilla con mi pulgar derecho, admirando sus ojos y esa preciosa sonrisa brillante que mantenía en su rostro, simplemente perfecto.

—Gracias —sin poder seguir conteniéndome, me acerque un poco más y deposite un suave beso sobre sus labios, ambos cerramos los ojos disfrutando de los suaves movimientos de nuestros labios, nada era mejor que aquella sensación, no la cambiaría por nada del mundo.

—¡Hey, chicos! —aquella voz tan conocida para ambos, nos hizo separar—. ¿No quieren esto? Sino para llevármelo —la imagen de Taehyung se hizo presente haciendo que lo mirásemos y nos percatemos de su presencia, ahora sus cabellos eran completamente rubios, con su dedo índice levantaba un poco una de las bolsas que Yoongi había soltado en cuanto vino a darme la bienvenida.

—Ni siquiera lo pienses, Taehyung —amenacé—, o tirare el Vilchis —mencione divertido.

—¡No! —exclamo, en su mirada pude ver el terror que todo artista puede tener en su vida, que desprecien y tiren sus obras.

Yoongi soltó una suave risa, como siempre, una de las risas más hermosas y silenciosas que más me encantaban.

Un regreso definitivo en la ciudad de los sueños perdidos, aunque puedo decir que los sueños ya no están tan perdidos.





.FIN.

En la Ciudad de los Sueños Perdidos ||JimSu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora