| La vergüenza al apartar la mirada, Un traje por conseguir y El desperdicio de vivir soñando |
—La empleada estrella ha sido despedida.
Con esas palabras nos había recibido Namjoon, nunca dejaba de utilizar aquellos lentes con armazón delgado, siempre sus cabellos iban peinados para dejar de cubrir su frente, y casi siempre le gustaba andarse paseando por la cafetería vistiendo un suéter sin algo particular, solamente con un color sólido, y unos pantalones perfectamente planchados al igual que unos zapatos negros bien lustrosos, si uno pensaba que trabajaba en una oficina, eso era incorrecto, pues es el dueño de No Vacancy.
Resulta que al chico al que Jisoo —sino mal recuerdo su nombre—, había ensuciado de café sus ropas, era nada más y nada menos que Kim Seokjin, el esposo del jefe, y claro que le iba a reclamar, como no estaba enterado de ello, no pude informar de mejor manera al jefe.
—Ahora, no cambiarán las reglas —su voz logro sacarme de mis pensamientos—, cualquier incidente deben reportarlo como es debido, ¿entendieron?
Todos de inmediato soltamos una afirmación y dimos una pequeña reverencia, ahora sólo quedábamos pocos en aquella cafetería, había decidido cambiar mi turno, el de la tarde era mucho más pesado que el de la mañana, y había tomado el de la mañana, además de que Yoongi y yo teníamos asuntos pendientes que arreglar para el plan de ir a la boda del estúpido de su ex novio.
Necesitaba conseguir un traje y que fuera de inmediato, Yoongi tenía su colección exclusiva de ropa, decía que podía prestarme alguno de sus trajes, pero mi espalda resulta ser un poco más ancha que la de él, además de que me quedarían demasiado justos de los brazos, y no quería que al dar solamente un paso se rompiera, no iba a pasar a avergonzar a Yoongi, y menos si su ex pareja se encontraba en el mismo lugar.
—... pueden regresar a su trabajo —de nuevo mi concentración regreso a la plática motivacional de Namjoon, le gustaba hacer una casi todos los días, y era la primera que presenciaba, pues a los del turno vespertino, no se las daba—... Jimin, necesito hablar contigo.
Pase grueso al escuchar eso, ¿me despediría? ¿Me ofrecería un aumento? Ni en mis más locos sueños, en fin, asentí de inmediato, pero aun así sentía como mis manos comenzaban a sudar frío, fuera lo que fuera que me esperaba, no quería saberlo, pero debía, aunque no quisiera.
—¿Qué ocurre señor Kim? —pregunte en cuanto me acerque a él.
—Por favor solo dime Namjoon, cuando me dicen señor o me hablan de usted, me hacen sentir viejo.
De inmediato ofrecí una reverencia para disculparme, no quería ningún problema, miles de razones por las cuales Namjoon podría despedirme pasaban por mi cabeza, y eso que ninguna de esas razones las había causado yo, ciertamente no podía considerarme un soplón, pero de cierto modo lo era, casi siempre era quien delataba las acciones de mis compañeros de trabajo.
Pero ¿qué podía hacer? Apuesto a que ellos harían lo mismo si ven que he cometido una falta a las normas que tiene la cafetería.
—Verás Jimin, he estado viendo que tu esfuerzo aquí a rendido frutos —esas solas palabras me habían hecho sentir orgulloso de mí mismo—, le he estado preguntando a algunos de los clientes sobre el cómo los atiendes, y dicen estar satisfechos.
—Es bueno saberlo —casi estuve a punto de sonreír, pero mordí el interior de mi mejilla, no quería que notará mi sonrisa.
—Sí, lo es —hizo una pausa y me miro directamente a los ojos—, ¡felicitaciones! Es todo lo que tenía que decirte, puedes seguir trabajando.
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En la Ciudad de los Sueños Perdidos ||JimSu||
FanficHistoria Ganadora En Los Premios SHADOW AWARDS 2021 En La Categoría 'Smut' Park Jimin ha conseguido el dinero suficiente para al fin poder hacer su sueño realidad, irse de Busan y poder visitar todo el resto del país, pero con el dinero que tiene, a...