Diario de un cáncer

Capítulo 1:

Era un adolescente común y corriente, o al menos eso creí, porque con el tiempo descubrí que todos somos especiales de una manera diferente. Yo sólo pensaba en mis videojuegos o en ir a jugar por las tardes con mis amigos. En ese momento eran las cosas que más disfrutaba hacer, todo iba de maravilla hasta ese día, lo recuerdo muy bien; eran algunas 120 horas después de mi décimo quinto cumpleaños, no me sentía para nada bien porque me era difícil respirar, como si el aire cansado de su propósito hubiera renunciado. Sin nada de fuerza llegué hasta donde mi madre, la cual sin pensarlo dos veces me auxilió y me llevó donde los expertos. Estando allí no dudaron dos veces y me conectaron rápidamente a una máquina de oxígeno, nunca me había pasado algo así, pero creo que para todo hay una primera vez. Después de algunos minutos me sentí un poco mejor, como si una refrescante brisa de primavera llena de vida fuera sólo para mi.

Postrado en la camilla escuché como le hicieron una serie de preguntas a mis padres, luego procedieron a darles las indicaciones. Por lo que dijo mi madre deduje que ella sólo creía que todo eso pasó porque no había salido de mi cuarto en todo el día, por estar usando la PC para jugar videojuegos. Era algo común para mi que ella dijera eso, ya que todos los días me reclamaba por lo mismo, y a pesar de todo creo que para ella esta era una buena excusa para seguir haciéndolo.

Al pasar un rato salimos del hospital, por alguna que otra razón supe que la mirada que me daban mis padres sólo decía “Te dijimos muchas veces que dejaras los videojuegos”. Sus expresiones hablaban por sí solas y me estaba preparando para lo que venía después, aunque no sabía ni tenía la menor idea de que iba a convertirse en algo mucho peor de lo que creí.