Cap. 1 - Las siete vampiras del pecado

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   Yuzu Aihara fue abriendo sus ojos muy lentamente. Sentía un fuerte dolor de cabeza. Una fría brisa recorrió su espalda, haciendo que tenga un pequeño escalofrío. Apoyó sus manos contra el piso para tratar de levantarse. Lo sintió duro y frío al igual que el viento. Lentamente iba recobrando la cordura y se dio cuenta que tanto el suelo como las paredes estaban hechas de piedra. Levantó la mirada y distinguió una ventana con barrotes por donde entraba la luz de la luna. El cielo rodeado de nubes podía verse desde el otro lado.

Se sobresaltó. ¿¡Qué era ese lugar!? ¿¡Dónde estaba!? De repente, ella notó que... no recordaba nada. No tenía ningún recuerdo de cómo había llegado allí ni quien la había traído. Esto solo hizo que aumente el miedo dentro de Yuzu, cuya respiración comenzó a agitarse. Se apoyó contra una pared cercana, la cual estaba tan fría como el suelo. Miró su cuerpo y vio que estaba vistiendo un viejo y gastado vestido de color rosa. Estaba roto en varios lados y su escote estaba demasiado a la vista.

¿¡Dónde estaba!? ¿¡Qué está pasando!? ¿¡Quién la trajo hasta ahí!? Las preguntas le invadían la cabeza y el miedo no hacía más que ir en aumento. Por eso, comenzó a llorar. Las lágrimas brotaron de sus ojos con mucha fuerza. Por más que intentaba, realmente no podía recordar nada. Estaba asustada, muy asustada.

De repente, escuchó el rechinido de la puerta de madera que se encontraba en un costado. Ésta se abrió lentamente. Desde atrás de ésta, Yuzu distinguió la silueta de una mujer. Esto no hizo más que aumentar su pánico, por lo que comenzó a gritar:

- ¿¡DÓNDE ESTOY!? ¿¡QUIÉN SOS!? NO ME HAGAS NADA, POR FAVOR, DEJAME IR.

- Oh, señorita Aihara... - respondió la fina voz de la silueta, quien podía verse que vestía una túnica que cubría su rostro mientras sostenía un farol en frente suyo.

- POR FAVOR – insistió Yuzu con mucho miedo -. HARÉ LO QUE SEA, PERO NO ME HAGAS DAÑO.

- Oh, ¿lo que sea? – preguntó la sombría mujer con una sonrisa.

- SI, PERO POR FAVOR, DEJAME IR.

- Entonces, señorita Aihara... Usted deberá... ¡Sonreír!

Acto seguido, la extraña mujer se quitó la túnica por completo mientras la arrojaba a un costado con mucha euforia, dejando a Yuzu ver quien se encontraba debajo. Era una chica aún más joven que ella, de pelo largo rubio y ojos celeste brillantes. Tenía un vestido suelto de un color rojo brillante, como si éste tuviera brillo propio. A pesar de la sombría atmósfera y para sorpresa de Yuzu, ésta mujer tenía una tierna y dulce sonrisa. Tenía un aspecto muy amigable, y aún más lo fue cuando levantó su dedo pulgar hacia ella. Esta extraña joven le habló con un tono juvenil y feliz:

- Hola, Yuzu-chi. Mi nombre es Toshino Kyoko. Sé que estarás muy confundida con todo lo que está pasando, así que déjame ayudarte un poco.

- ¿¡Qué!? – preguntó asustada Yuzu, quien no sabía si podía confiar en aquella chica rubia.

- Oh, lo sé, no recordás nada, ¿no? Por eso tenés miedo de mi, pensas que puedo lastimarte.

- Yo... No... No me acuerdo de nada. No sé quien sos – respondió Yuzu desorientada.

- Tranquila, lo sé. Pero confiá en mí, no soy mala. Además, ¿Cómo podrías tenerle miedo a una persona que tiene un vestido en honor a un tomate? – rió Kyoko mientras modelaba orgullosa sus vestimentas.

A pesar de estar desorientada, por una extraña razón Yuzu sintió que podía confiar en Toshino Kyoko. Por eso, tomó su mano y ambas caminaron hasta afuera del calabozo.

Las siete vampiras del pecado (Yuri +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora