Yashiro sólo quiso algo de Boys Love

Se escuchó a la puerta corrediza cerrarse.

Y a alguien siendo golpeado contra el suelo.

- ugh...

Hanako-kun abrió sus ojos, sorprendido.

Porque la sombra que se proyectaba encima suyo, era la misma que la de su figura.

Ya era tarde, el sol de estaba ocultando, y la habitación era algo oscura pero sabía quién era.

- ¡Amane!

Tsukasa estaba encima suyo.

- a-ah...

¿Cuándo pasó esto?

¿Por qué no lo recordaba?

En serio, realmente, qué demonios estaba ocurriendo con este juego de Yashiro, por qué nada estaba teniendo coherencia?

Akane dijo que el tiempo andaba raro.

Ella hizo algo, cierto?

Ella debe de estar mintiendo, cierto?

Había hecho algo más aparte de querer Boys love.

¿Pero cuál era la mentira?

Seguía siendo un juego Boys Love, aparentemente.

O eso parecía.

No.

Más importante, cómo acabó en estar situación?

- ¿en qué estás pensando, Amane?

Tsukasa tomó sus muñecas y lo siguió acorralando contra la pared.

Él apretó sus muñecas pero Hanako-kun sólo sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.

Su mayor temor apareció de nuevo.

- ¿me estás teniendo miedo ahora, Amane?- preguntó su hermano ladeando su cabeza.

Siempre lo tuvo.

- ¿a pesar de que ahora podemos volver a ser como antes?

Hanako-kun abrió bien grande sus ojos en donde se reflejaba la sonrisa de Tsukasa.

- ¿a-a qué te refieres?- se atrevió a hablar a pesar de que estaba en una posición vulnerable.

Su hermano sonrió con felicidad.

- ¡al fin me hablas, Amane!

Un tierno sonrojo se apoderó del rostro de su hermano menor.

Y eso, sorprendentemente, le relajó por alguna extraña razón. Porque se sentía como si las cosas que pasaron, nunca hubiesen existido.

- no... Has respondido a mi pregunta

Pudo hablar.

Su hermano reaccionó segundos después y acercó su rostro hacia el de Hanako-kun soltando un par de pequeñas risas, sonaban traviesas.

- ¿por qué no dices mi nombre? Tal vez si dices mi nombre, te lo vaya a explicar- propuso.

Su actitud cambió.

Tsukasa lo miró fijamente, y con una sonrisa, empezó a darle múltiples besos en su mejilla de manera juguetona.

Él sintió un hormigueo con cada beso que le daban.

- para...

- ¿a quién le dices eso?

-... a ti, Tsukasa