15 | A las tres y media

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15| A las tres y media

HALLEY:

Aquella noche volvimos a las tres y media de la madrugada. Bueno, más bien llegamos a mi casa. Hache se empeñó en acompañarme y como no había buses y tampoco taxis, tuvimos que ir andando. Me empeñé en ser yo quien llevase su guitarra porque me sabía muy mal que tuviera que llevarla al hombro todo el camino de vuelta por mi culpa y, aunque al principio no cedió, terminé cargando con ella cuando estuvimos a unas tres manzanas de casa.

Estuve a punto de dejarle pasar para que no tuviera que caminar de noche hasta su piso, que quedaba bastante lejos de aquí según me había dicho, pero él le restó importancia diciendo que estaría bien y que me mandaría un mensaje cuando llegase si así me quedaba más tranquila. Hache no quería molestar a Xander, porque a pesar de que sabía que su amigo estaba despierto esperándolo, hacerle conducir hasta aquí a estas horas no le gustaba. Lo entendí, —yo haría lo mismo con Halle—, aunque un sentimiento de culpabilidad invadió mi sistema mientras lo veía alejarse con su guitarra al hombro por la calle oscura y desierta.

Tal y como prometió, a las cuatro y cuarto de la mañana me envió un mensaje deseándome buenas noches junto al emoticono de una carita sonriente que me guiñaba el ojo. Fue entonces cuando sentí un fuerte alivio y logré conciliar el sueño fácilmente.

Pasamos el resto de días enviándonos mensajes. En Sky no había mucho que hacer, salvo limpiar, y había decidido pasar por la mañana y recogerlo todo lo más rápido posible.

Hans seguiría trabajando en la cafetería durante un mes más para intentar crear un nuevo fondo con los ingresos que pudiera relajar la soga que teníamos atada al cuello por culpa de las facturas. A mí me tocaría seguir siendo la encargada de todo hasta entonces y estaba encantada, me había dado cuenta de que podía lograrlo y me hubiera gustado confiar en mí misma un poco más para haber disfrutado un poco más de mi primera experiencia como directora.

Llevaba días pensando que aquello me sirvió para aumentar mi autoestima, porque me encontraba muchísimo mejor de ánimos inexplicablemente. Por las mañanas seguía yendo a la universidad y a veces, en la tarde, atendía a posibles clientes de Sky que contactaban conmigo personalmente a través del teléfono del teatro. También me organizaba para poder estudiar y llevarlo todo al día. De hecho, solo visité el teatro un par de veces aquella semana para revisar algunos materiales y porque necesitaba una dosis semanal de aquel sitio. Era algo así como una droga muy buena para mí.

Por su parte, Hache me contó que había tenido tanto éxito el sábado que ahora estaba hasta arriba de pases en Heaven esta semana. Además, Jens le había llamado para que entrase antes a trabajar y ahora terminaba sus pases nocturnos más tarde. Me alegré mucho por él y aproveché la ocasión para decirle que su canción había sido preciosa, pero no hice referencia a los temas personales que había decidido contar puesto que nuestra relación se basaba en hablar frente a frente. Podíamos vernos ser humanos.

Por lo visto, Hache había intentado evitar el tema de mis «bailes repentinos» con Xander, pero estaba siendo complicado porque bueno, él era... era Xander. Al menos me alegraba saber que Hache estaba tratando no decir nada al respecto. Estaba manteniendo su boca cerrada tal y como le pedí.

Mi día a día había pasado de ser monótono y rígido a estar prácticamente alejado de las rutinas y ser completamente moldeable. Los planes de Hache habían dejado de molestarme, aunque solo en cierta medida. Puede que las cosas hubiesen cambiado, pero yo seguía siendo la misma maniática empedernida de siempre.

Mi mejor amiga solía burlarse de mí y constantemente argumentaba que dejaba de ser parte del team Kev para ser la capitana general de su denominado team Hache y eso era algo que me ponía de los nervios. No podía negar que entre Hache y yo sucedía algo extraño que ponía patas arriba mi sistema cada vez que este estaba cerca, pero como tampoco sabía qué era lo que sucedía exactamente y entre Hache y yo las cosas estaban yendo bastante bien —en términos referentes a amistad, porque desde luego no había otros—, decidí dejarlo correr y aguantarme cada vez que salía el tema en alguna de nuestras conversaciones.

La Mecánica de los Corazones Rotos ✔  [#HR1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora