Poco a poco, a la par que el tiempo, las agujas comenzaron a moverse casi de manera instintiva, impulsadas por unos lazos invisibles que sabía perfectamente a quién pertenecían.
Pensé que solo servían para coser heridas superficiales, pero me equivoqué.
Día tras día pensé que el dolor que oprimía mi pecho era consecuencia de una herida que se estaba infectando, que nunca existiría una solución eficaz contra mi propio tumor sistemático, pero terminé por darme de bruces con la sorpresa de que estaba sucediendo todo lo contrario: mi herida estaba sanando.
Había pasado tanto tiempo soportando un daño que me había hecho a la idea de que jamás se marcharía. Y fui conformista, en vez de luchar contra ello di un paso en falso y tomé una de mis peores decisiones: lo había convertido en rutina.
Día tras día, sus manos movían aquellas diminutas varillas de metal, que cosían lentamente la enorme brecha que había dividido a uno de mis órganos vitales hacía tantísimo tiempo.
Dolía pero fue involuntario. Con él siempre lo fue.
Aquella mañana desperté con una sensación extraña, inefable.
Y entonces lo escuché. Lo sentí.
El primer latido de un corazón que empezaba a arreglarse.
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La Mecánica de los Corazones Rotos ✔ [#HR1]
RomansaHache sabía que la vida era dura, incluso antes de que todo ocurriera. Quizás por eso nada le sorprendió. Trata de evitar mostrar lo que lleva dentro porque, todo lo que tiene es un caos que podría arrastrarlo todo. Por eso prefiere vivir en la mono...