Capitulo 8

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-¿Por qué no te rindes? – dijo músculos algo cansado –.
-Te tocó un mal compañero, es gracioso que esperes que me rinda ¡yo nunca me rindo! -decía mientras me acercaba a su oído-.
Al igual que el demonio, este chico se distrajo por unos segundos, yo estaba muy cerca de su oído (y no estoy diciendo que intenté seducir al demonio, por si lo pensaron). No era mi culpa, él estaba encima de mí y no dejaba que me moviera. Así que... tuve que usar la técnica infalible (sus debilidades). En el momento menos esperado, no era yo quien estaba en el piso...
-¿Cómo es que ahora tú eres quien está en el suelo?-dije divertida-.
-Eso fue trampa- dijo músculos enojados-.
-Usar debilidades en tú contra, no es trampa, es estrategia, ahora si no te rindes en cinco segundo te haré sufrir mucho y creo que ya te estás dando cuenta de que soy capaz.
-Si me rindo... ¿me das tu número? –dijo con una sonrisa-.
-No, pero tal vez te suelte.
-Me gusta estar así, pero preferiría que estés de frente y no en mi espada – dijo mientras sonreía-.
-Entonces... te haré sufrir- dije con una sonrisa malvada en mi rostro-.
-Ok... está bien, me rindo, déjame ir.
Mientras me levantaba sentí como se dio la vuelta y me haló del brazo, haciéndome caer en su abdomen mientras nos mirábamos fijamente.
-Perdiste, déjame ir – dije incomoda y enojada-.
-Eres una bruja muy linda, me encantó perder contra ti y más si pude estar así – dijo en mi oído –.
-Se acabó la pelea, ya puedo usar magia – dije mientras hacía que le doliera el cráneo- conmigo no, músculos- dije al levantarme-.
Adolecentes calientes aunque no sean totalmente humanos, actúan igual a ellos en ese aspecto.
Al terminar de entrenar... me marché al dormitorio, deseaba darme una ducha porque estaba muy sudada y cansada.  Entrando al cuarto vi a una chica recostada encima de la cama.
-¿Quién eres tú?
-Soy tu compañera de cuarto, bueno, tú eres mi compañera de cuarto-dijo la chica-.
-¿De verdad? Ok, pensé que estaría sola porque solo voy a durar una semana, pero está bien, vine a ducharme.
-Está bien, soy Sophia por cierto.
-Un gusto, soy Clara.
Después de una de las mejores duchas que he tenido, me llegó un mensaje de Carmen diciendo que vayamos a comer algo y claro que no me pude negar, es Carmen y es comida, no puedo negarme a ninguna de las dos. 
-Carmen...-dije con una sonrisa-.
-¿Si?
-Eres una persona muy importante... como mi abuelita por ejemplo– digo entre risas-.
-¿De verdad seguirás con eso?
-No, de verdad eres importante, yo siempre estuve sola, mientras que las otras personas si tenían a alguien y era algo muy difícil, me sentía como... incompleta, sería la palabra adecuada, pero ahora te tengo a ti, gracias. – digo mientras sonrió-.
-Bueno, yo tampoco tuve a nadie, solo Aknyl y eso suena aún más triste, así que estamos las dos incompletas – dice riendo-.
Después de una cena que de verdad disfruté y un día bastante pesado solo quería descansar, me esperaba una semana llena de eventos, clases de hechizos, lidiar con adolecentes y personas que la verdad no era de mi agrado, no estaba en eso, solo quería llegar a la habitación.
En el camino me encuentro a músculos y una chica besándose en el pasillo (primitivos) la verdad ni siquiera me sorprendía, por eso solo los  ignoré. Lo que me faltaba para completar este día es que mi compañera de cuarto haya entrado algún chico.
¡Mínimo soy adivina!
-¡Oh perdón!- dije mientras me retiraba del cuarto-.
-No, tranquila es solo mi hermanastro, me vino a traer algo, entra no pasa nada es tu habitación también.
¡Noooooo! En verdad mi día no puede ser peor...
-¡Adam!

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