Capitulo 12

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Después de pasar la noche con Adam (eso sonó raro) enseñándome a usar el arco, en la mañana ni siquiera me quería levantar de la cama, hoy tengo defensa y después iré con Carmen a algún lugar del que ella no me ha hablado.
-Buen día –dice Sophia sonriendo-.
-Buen día Sophia.
-¿Tienes defensa?
-Sí, nos vemos más tarde.
-Nos vemos.
Al llegar a mi clase de defensa todos los grupos estaban formados y para mi mala suerte me tocaba con Adam, otra vez.
-Buen día –dice sonriendo-.
-Buen día ¿empezamos con esto ya? quiero perder rápido. 
-Parece que te levantaste con el pie izquierdo.
-Soy diestra, pues no.
-Entonces empecemos.
Después de pasar un gran rato derribándonos mutuamente (como era de esperarse) por fin yo era la que estaba arriba y eso era muy extraño, pero voy disfrutarlo mientras pueda.
-¿Me dejaste estar arriba?- pregunto seria-.
-Tal vez ¿confías tan poco en ti?
-Así no es nada interesante, no sé qué me enoja más si tu presencia o saber que me estás subestimando.
-¿No se siente bien estar arriba?
-No si me dejas, quiero estar arriba por mí misma, no lo vuelvas hacer.
-Bueno, está bien, contigo como sea es malo- dice mientras me tumba y se pone arriba-  ¿así está mejor? -me dice al oído-. 
-¿Sabes? algún día yo estaré arriba sin que me dejes y me sentiré muy bien.

-Próximamente... – dice sonriendo -¿sabes? lo más satisfactorio de estar arriba es verte enojada.
-Me caes tan mal.
-Lo sé – dice con una gran sonrisa-.
-¿Me dejas ir? estoy cansada.
De repente entra alguien y grita... ¡LINDA!
-Músculos ¿tú qué haces aquí?
-Llegué tarde... quería que me tocara contigo.
-¿Y tú quién eres?- dice Adam confundido-.
-Adam, músculos, músculos, Adam... ya los presenté.
-¿Él es músculos?
-Es obvio, es enorme, parece salido de Harry Potter.
-Linda ¿qué hace el ayudante del profesor encima de ti?
-Estamos entrenando, es obvio ¿no? Pero ya... me rindo Adam suéltame debo irme.
-¿A dónde vas? -pregunta músculos-. 
-Voy a salir, pero... ¿qué te importa wey?
-¡Que agresiva! Adiós.
Después de ducharme Carmen me recogió a la salida, según noto vamos al interior de la ciudad (creo).
-¿A dónde vamos Carmen?
-Vamos al centro comercial por ropa.
-¿Por qué?
-¿Por qué? niña necesitas ropa- dice señalándome de arriba abajo. 
Cuando llegamos al centro comercial en la entrada había mucha gente radiándome pues la gente estaba entrando y saliendo en eso siento como alguien me pega algo en el cuerpo y este se entro en mi piel , pero cuando buscaba no encontraba nada era como invisible, asique lo ignoré por completo, solo seguí mi camino.

Entramos a muchas tiendas, compramos ropa y zapatos, estábamos con las manos repletas de bolsas, no podíamos con tantas cosas y decidimos ir al auto a dejarlas para después comer algo, moríamos de hambre. Cuando  termino de entrar todas las compras en el auto siento como alguien me hala del brazo.
-¡Ay Adam! ¿Qué haces aquí y por qué me halas así?
-Eres tú.
-Sí, soy Clara, ahora me estás haciendo daño ¡suéltame!
-Tú eres la bruja que buscaba, eres... Clara Breesley.-dice Adam con una frialdad impresionante en sus ojos.
En ese preciso momento sentí que todo a mi alrededor se había paralizado... por mi mente pasaron mil y una soluciones, pero en todas uno de los dos terminaba asesinado. Era lo único que estaba evitando desde el primer día que lo vi. Sentía una furia que hace mucho tiempo no experimentaba y cuando esto sucedía las cosas no terminaban bien. Sentía como cada sentimiento se intensificó.
-¿Qué? ¿De qué hablas? ¡Suéltame! -digo nerviosa mientras lo mando volando hacia otro lado y se golpea con una pared- ¡Carmen vámonos! -grito con descontrol sin recibir ninguna respuesta de su parte-.
-¡Joder! ¿Por qué?- dice Adam levantándose despacio mirándome con desprecio-.
- tendrás que resolver esto por ti sola a ver qué aprendiste yo me quedare en el auto y te esperare- dice Carmen de una forma tan calmada para en un momento tan crítico-
-enserio en este momento no me ayudas Carmen- digo enojo y miedo-
No sabía que hacer, miraba para todos lados buscando una forma de salir corriendo, Adam me odiaba y todos sabemos que es bastante fuerte, debía estar atenta a todo, ciertamente no quería hacerle daño, pero era él o yo. Por un momento simplemente no pensé y corrí rápidamente buscando un lugar con personas para que no pueda hacerme daño (recuérdenme decirle a Carmen que no estacione el coche tan alejado, claro, si salgo con vida de esto).
Corrí sin parar con la respiración agitada... me detuve unos minutos y miré hacia todos lados pero de un momento a otro alguien se tiró encima mi haciéndome caer al piso golpeándome fuertemente la espalda.
-Te pregunté ¿POR QUÉ?- grita cerca de mi rostro sosteniéndome las manos con las suyas haciendo imposible que me soltara de su agarre-. ¿Acaso creíste que era tan estúpido? Te burlaste de mí como imbécil todo este tiempo.- grita Adam totalmente furioso-.
-¿QUÉ QUERÍAS QUE HICIERA? -grité enfadada con los ojos totalmente rojos-. En ningún momento quise que ocurriera esto, intenté alejarme de ti, pero siempre nos encontrábamos otra vez, si te lo decía me matarías, no soy tan estúpida, se suponía que nunca más debíamos encontrarnos.

-Fui un idiota, debí imaginarlo, era tan obvio, todo indicaba a ti, te encontré el día en que buscábamos a la supuesta bruja, eras muy fuerte para ser una bruja común y corriente y además tenías justamente su misma edad. – dijo totalmente abrumado-.
En ese momento no controló su ira y me sujetó tan fuerte las muñecas que sentí mucho dolor, haciéndome gritar. Al instante supe que debía hacer algo al respecto.
Me concentré he hice que le doliera la cabeza de tal forma que no soportara y me soltara. Adam se echó atrás con las manos tocando su cabeza y gritando fuertemente dándome tiempo a levantarme. De un momento a otro lo tenía en el piso retorciéndose de dolor, hice que a cada segundo fuera más alta la intensidad, con un poco más  y podría asesinarlo, pero no era lo que deseaba, así  que me detuve sabiendo los riesgos que esto conlleva.
-Tuviste la oportunidad... ¿por qué no me asesinaste?- dice Adam recuperándose lentamente-.
-No quiero hacerte daño, quiero hacerle daño a nadie, no soy lo que crees.
-¿Cómo me dices eso luego de que has hecho tanto daño?- dice levantándose más calmado-.
-Soy consciente de eso, pero no ha sido voluntariamente, solo... tengo problemas para controlar mi poder, ahora estoy aprendiendo, pero no cambia la cantidad de personas que han muerto por mi culpa. –digo cabizbaja-. Tú también tuviste la oportunidad de asesinarme ¿qué te detuvo?- le pregunto sentándome a su lado rogándole al de arriba que no me asesine.
-Supongo que estaba buscando una excusa para no hacerlo. –dice mirándome fijo-.
-¿Y ya tienes una? -digo nerviosa-.
-Sí
-¿Cuál?
-Pues creo que me encariñe contigo y que ahora sé que me podrías asesinar fácilmente sin siquiera ponerme una mano.
-¿Qué harás ahora?- pregunto intrigada-.
-No lo sé, es desconcertante darte cuenta que estuviste engañado muchos años, prácticamente me entrené para este momento desde siempre, pero, es raro saber que estuve equivocado, que al final no eras el monstruo que pensaba...

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