Capítulo 17

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Después...

Perspectiva; Stefani

-Tiene un propósito, todos tenemos un propósito, como las máquinas, El reloj; Da la
hora y los trenes nos transportan.
-Hugo Cabret?
-Sin comillas, porque he alterado un poco la frase. Pero en efecto, es él. ¿Cuál es tu
propósito?
-Ser feliz.
-¿Y tienes un plan?
-No lo sé... ¿Tú eres feliz?
-Cuando estoy contigo lo soy.
-Entonces mi propósito no va en vano.
-No quiero sonar torpe pero... ¿Qué dices?
-Eso mismo.
-No lo entiendo.
-Si eres feliz, yo lo seré entonces. Mi propósito es ser feliz y solo lo seré si tú también
lo eres.
-No es justo.
-¿Que no es justo?
-Yo no seré siempre feliz.
-Esa es la otra parte en mi propósito, sí quiero ser feliz y solo lo puedo lograr viéndote
ser feliz, entonces mientras estemos juntas, siempre intentaré hacerte feliz.
-No puedo decirte nada.
-Lo sé, tú no tienes la valentía que yo.
-No, no es cierto. -En ese momento me toma de la cintura y empieza a besarme como
si no hubiese un mañana. Y a decir verdad, en ese momento no quería un mañana.

Al terminar esa conversación, Amy salió muy deprisa, debía ir a estudiar pues lo exámenes finales ya se acercaban. Para ella digo, yo ya había terminado con la Uni. este año. Han pasado cuatro meses desde mi intoxicación y todo está genial. La universidad se ve muy agradable, mis padres vienen de visita más a menudo, y tengo a la mejor chica de todas. ¿Qué más puedo pedir?

Cuando Amy por fin terminó con sus exámenes, estaba muy feliz, tanto, que sabía que ya estaba graduada. Ya había hecho papeleo en la Universidad y solo le faltaba ir a una entrevista. Sé que le irá muy bien, es encantadora, inteligente y sabe cómo usar las palabras. Arrasará con todo. Para celebrar su triunfo educativo, decidí prepararle una cena en el jardín del patio. Mi abuela que era mi mayor complice, nos había dejado la casa sola, así que todo saldría muy bien. Además había hablado con mis queridos suegros y les había encantado la idea, hacía tiempo que no tenían una noche a solas.

La noche estaba increíble, las estrella adornaban perfectamente el cielo, hacía un excelente clima, no había calor, y el frío era apenas el necesario para que Amy lo usara como excusa para abrazarme, así como siempre hace en el cine cuando simula tener miedo.

Cuando ya preparé todo, la cena, el vino y la decoración, me lancé a casa de Amy, le cubrí los ojos con una pañoleta (Pañuelo, bandana, trapo) rosada, y la guíe hasta mi patio. Luego descubrí sus ojos y tardo alrededor de veinte segundos en reaccionar.

-Por Dios, Stefani -Respira profundo y emocionada- ¿Qué significa esto?
-A veces me sale hacerme la cursi.
-Creo que debería apoderarse de tí más seguido.-bromea.
-Cómo crees. Si hiciera esto más seguido la expresión en tu rostro se me hiciera usual.
-Tienes un punto.
-Tengo un buen punto. Adelante, siéntate.
-Gracias por todo. Gracias por estos cuatro meses a tu lado.
-¿Gracias? Gracias debería darte a tí.
-No nos pongamos cursis, tengo mucha hambre. ¿Empezamos, o me leerás un poema?
-De hecho... -Le respondo un poco tímida.
-Me encantaría escucharlo. Recítamelo porfa.

Cómo ya se había oscurecido más de lo apetecible, entramos a casa y subimos hasta el balcón, no el que daba con la casa de Amy, el que apuntaba en dirección a mi patio. Las estrellas como al principio de la noche hacían juego y su brillo me brindaba confianza. De pronto comenzó a llover, una jugada perfecta pues Amy se sentó en mis piernas y se pegó casi literalmente a mi pecho, estomago, piernas, y se rodeó con mis brazos, dándome apenas la movilidad necesaria para tomar y leer el papel con el poema. Decía;

-Tu mirada me cautiva y me hace elevar, me estremece el cuerpo y no dejo de temblar.

-Para -Me interrumpe- ¿Rimará todo el poema?

-No, claro que no.

-Está bien, sigue...

Después de hacerme desconcentrar, me fueron necesarios 20 segundos más para poder continuar. Miré al cielo, las estrellas que aún me inspiraban confianza y relaté.

-No puedo dejar de mirarte, de tocar cada parte que te compone. De sentir deseos de besarte una y otra vez y hacer rutinario sin volverlo monótono. De arrancarte los labios y hacer que desbordes en gemidos.

-¿Qué es esto, me quieres llevar a la cama?

-Está bien, no te leeré más. Adiós.

-Pero, pero si solo estoy bromeando.

-"Pero, pero" Pero nada. -La bajo delicadamente de mis piernas- adiós.

-¿Es en serio?

Un silencio se adueñó de mi balcón e hiso incomodo el momento. Iba en serio con lo que le dije, supongo que se enojaría un par de días y luego estaríamos bien. Pero no fue así. Tomó el papel, lo metió en su bolsillo y me dió un gran beso.

Los días pasan muy rápido, cuando menos piensas hoy, ya es otro día. Y como nada es la excepción. Hoy Amy se gradúa. Me he quedado de reunir con unos amigos antes de los grados y aun que a Amy no se le hizo gracia, me ha dejado ir.

-Casi que no llegas. -Me grita Joan desde el fondo, mientras enrolla un porro
-Déjame llegar por lo menos. -Me sujeta André de la mano y me deja un cigarro
-Cortesía de la casa. -Responde Lana
-No lo quiero. Debo llegar sana a los grados de mi novia. Hago énfasis en la última palabra.
-Solo será uno, además es un cigarrillo normal. -Insiste Lana.
-Bien.

Son las diez de la noche, mi celular tiene cerca de 20 llamadas perdidas 10 pertenecen a Amy y las otras a mis padres. Aún estoy un poco abrumada, me duele la cabeza, y mi órgano reproductor. A mi lado, está Lana, ambas desnudas y ella aún dormida. Me levanto rápidamente me visto y salgo para la casa de Amy, pero antes me ducharé, no quiero que sienta este olor.

Hola. Se supone que haría una segunda parte, pero creo que la novela está muy corta, así que decidí seguirla aquí. Espero que alguien aún la esté leyendo. Si tienen alguna curiosidad sobre la novela o yo, pueden preguntarmelo mediante un mensaje privado. ¡Gracias por leer mi novela!

Desde mi balcón. (Amy&Stefani)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora