Nightmare || JOHNYONG

IV. Fiable

—¿Cómo está Taeyong Hyung?— Cuestionó YoonOh luego de darle un apretón de manos al nipón.

—Pues ya está algo más tranquilo. Pasa—

Se dirigieron hasta la sala, donde un Taeyong hecho bolita yacía recostado en el sofá con una manta cubriendolo casi por completo. Milagrosamente se había tomado su té relajante que le preparó Yuta.

—Hyung, ya llegó YoonOh, vamos a comer—

Taeyong asintió y se levantó del sofá pero sin deshacerse de su manta.

Ambos le ayudarían a Yuta a poner la mesa para que este pudiera servirles la comida.

—Shotaro y su amigo ya no deben tardar en llegar... —

No pasó ni un minuto de haber dicho eso, cuando la puerta se abrió y otros dos chicos entraron.

—¡Llegamos!— Exclamó con alegría el japonés más joven mientras se quitaba los zapatos para dejarlos en la entrada. —Yuta-San, traje a Mark—

—Ah hola chicos. Si, está bien— Respondió Yuta con una sonrisa. —Lavense las manos y vengan a comer—

El invitado de Shotaro de igual manera saludó y procedió a quitarse los zapatos, posteriormente acompaño a su amigo al piso de arriba para lavarse las manos.

—Eres brujo, Yuta— Dijo YoonOh bromeando con una leve risa.

—Si, los invoqué— Rió también.

—Deberías hacer brujería o algo para que ese maestro nuevo se vaya— Dijo Taeyong aún algo paniqueado por lo sucedido momentos antes.

—Ya no te atormentes, Yong, nosotros ya dijimos que te vamos a defender si ese hombre intenta hacerte algo—

Taeyong sonrió.

—¡Exacto! Que contigo no se meta o le cortamos el... —

—¡Listo Yuta-San!— Interrumpió Shotaro mientras bajaba las escaleras, justo detrás de el venía Mark.

—Vale, sientense a comer—

Ya estando todos en la mesa, comenzaron a comer.

El lugar estaba extrañamente silencioso, nadie decía nada, solo pero sorprendentemente quien rompería el silencio sería ese chico Mark Lee y comenzaría a conversar con su amigo.

—¿Sabes? La maestra que tenemos ahora de Ciencias me cae muy bien, ¡ya no soportaba a ese tipo amargado que nos daba clases, era una pesadilla totalmente!—

Pesadilla...

De inmediato, captó la atención de los demás presentes y los tres se voltearon a ver con desconcierto unos a otros.

—¿Cómo se llama ese hombre del que hablas, Mark?— Cuestionó Yuta.

—Uhm... ¿James? No... Ahm ¿Jean? No. Creo que era... ¡Ah si, John! John Suh. ¿Por qué?—

Taeyong soltó la cuchara sobre su plato de sopa, provocando  que un poco de caldo le salpicase. Rápidamente tomó una servilleta y se limpió.

No debió haber mencionado ese nombre...

—Ay, perdón... —

—¡Yong!—

—Estoy bien, NaYu, tranquilo, ya me limpié un poco—

Mark miró confundido a Taeyong por su reacción. —Lo siento, ¿Dije algo malo?—

—¡Para nada! — Se adelantó rápidamente.

YoonOh negó y decidió responder por su amigo. —Lo que pasa es que... Taeyong Hyung tiene un pequeño problema que tiene a ese hombre de por medio... —

—Ah, entiendo... Yo puedo decirte que es insoportable, y a la vez es un tanto... ¿Raro? ¿Misterioso? No se como describirlo, pero a mi no me parece muy fiable, y si eres de los que hace desastre ¡mucho menos, te va a tener en detención siempre!— El y Shotaro rieron pero los mayores se quedarían pensando.

"No parece muy fiable"...

...

—Enserio, no se que le pasa a ese niño, está loco y me está volviendo loco a mi— Exclamó el hombre con pesadez mientras procedía a dar un sorbo a su café. —Y eso que apenas llevo dos días de trabajo—

—Quizás el que intentes hablar con el sea buena idea— Sugirió Doyoung.

—Tal vez, solo espero que quiera hablar... — Suspiró y se encogió de hombros.

—Lo que tu deberías hacer es relajarte. Tu eres quien lleva las de ganar, así que no importa cuantos dramas soportes, a ti te van a pagar por que eres el profesor—

—Puede que tengas razón, Taeil Hyung, pero este tipo de cosas son desesperantes para mi—

—Si tiene razón, John. Tu solo enfocate en lo tuyo. Llega, gana y te vas— Diría el sujeto pelinegro con una sonrisa triunfante.

Sonrió leve. —Bueno y cambiando de tema... ¿Qué piensan hacer el fin de semana? Yo la verdad tendré la casa sola por que Yoona se irá con sus amigas—

—Uhm... ¡Nos ahorramos la ida al bar entonces y nos reunimos en tu casa!... Si es que quieres claro— Rió un poco.

Aceptó la propuesta de sus amigos. —Por mi, está perfecto—

—Servirá para que distraigas tu mente un rato y te olvides de mocosos dramáticos...—