III: Amiga.

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Capítulo III: Amiga.

―Deja que al menos... cambie tus vendas.

Desde que había logrado tomar asiento, el extraño cuya identidad no recordaba, por prolongados minutos estuvo en silencio. Mirada cabizbaja, ocultos sus ojos bajo el cabello espeso de color negro, sellados estaban sus labios magullados formando una fina y recta línea. Parecía demandar emociones que se abstenía en dejar salir. El aroma era distinto, más leve, pero amargo. La esencia de las flores de manzanilla se comparaba a cuando están marchitas.

¿Qué sentimientos deseaba reprimir?

―La cabeza no me da para pensar en algo tan estúpido como un poco de sangre.

Detiene sus manos cuando intentó acercarse a quitar el vendaje; vaya contestación había sido recibida a cambio de sus palabras. La conducta demostrada no era de alguien que sintiera odio o rencor, sino más bien confusión y temor. A pesar de responder con ésta brusquedad, EunJin no tomó sus palabras a mal o en contra de sí misma. El tono al menos agresivo no sonaba, tampoco respondía su cuerpo reacio a ser tocado cuando a sentarse lo había ayudado. Sin embargo, al menos comprendía un poco lo que era despertar y no saber que ocurría con sí mismo.

―Aún así ―La escuchó con atención, la nota llegar a una distancia más cercana― debo cambiarlas o tus heridas se infectarán. Así que-

Al sus dedos casi rozar con el material del vendaje, como acto reflejo el extraño se hizo hacia atrás, mirándola a cambio de una forma asustadiza. Sus orbes oscuros emanando miedo. ―: No me toques. ―Al ella oírlo y verlo de ésta forma, creyó que había cometido un error. No tenía experiencia del todo para actuar o decir las palabras correctas para tratar a alguien que ni siquiera se dejaba ayudar, y por un momento se sintió mal. Y en el instante después de tres segundos más correr, el de piel ahora pálida por el estado enfermizo tragó en seco y comentó con voz rasposa y lenta: ―Sólo... no te acerques.

¿Qué no se acerque? ¿Cómo piensa que podría ayudarle si ni siquiera le permitía tener menos de un metro de distancia? Su situación no estaba apta para pedir esa clase de cosas y EunJin estaba consciente de eso. Si no lo trataba a tiempo y cambiaba el vendaje...

―Pero tus heridas-

"Heridas".

"Heridas".

"Heridas".

La repetición de un daño en su cuerpo, el aviso de la sangre que fluye en las aberturas de su piel;todo ese recordatorio fue el detonante de su desesperación amortiguada: ―¡Eso no me interesa!¡Lo único que me importa es saber por qué no recuerdo nada!

Sorprendida por el tono usado, EunJin por un momento imaginó que le haría algo, sin embargo sabiendo todo lo que había hecho por él y que de nuevo le estaba ofreciendo ayuda para curarle sintió un peso en la boca de su estómago que la hizo enojarse en términos medios.

"Este tipo..."

Expresando su molestia se pone en pie frente a él :―¡Aún así no estás en condiciones para actuar de esa forma! ¡Sólo cálmate un poco!

Él le sigue en su acción, sin saber de dónde encontró la fuerza para encararla de éste modo: ―¡Estoy calmado!

―¡Por supuesto que no lo estás! ¡Si ese fuera el caso ¿Para qué te lo mencionaría?!

Sus labios se abrieron para enfrentarla con sus gritos a cambio, pero sus palabras para contradecirla nunca llegaron. Frente a frente, ambos, con el ceño fruncido y contrarios a las palabras de otro habían dejado de lado lo más importante de todo éste momento ¿Sólo para ver quién tenía la razón?

⊰∙∘"Yo... te recuerdo"⌑˙•˚ [M.YG] {A.A}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora