XIII: Oportunidades

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Capítulo 13: Oportunidades

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Provincia de Busan

Bosques del Distrito Dongnae

Área metropolitana

Es una zona concurrida; las voces de la gente, su caminar, el sonido de los objetos que llevan e inclusive, el masticar por la comida que consumían era muy notorio. Podrían molestar a cualquiera que necesitase algo de silencio o calma, y ese lugar no sería su primera opción.

Claro, alguien que no viniera a hacer lo que Ikoye Akeniza sí. Para quien, era el escenario perfecto para pasar desapercibida mientras leía las páginas de un libro, sentada en una de las mesas alrededor de la zona, y donde esas páginas ocultaban la imagen impresa del mapa de toda Busan.

Con el bolígrafo que sostenía, marcaba ligeramente en líneas punteadas su recorrido por toda la Provincia:—Veamos...

      “Estoy en Dongnae, a cuarenta y cinco kilómetros al bosque más cercano del Distrito Dong”. Marcó con un círculo pequeño, el territorio donde se ubicaba.

      “No me tomará tanto llegar a Busanjin, tal vez un mes y unos cuantos días más”.

Cerró el libro despacio y lo dejó sobre la mesa, suspiró aliviada por su avance. Sin embargo, el que cambiara su vista del mapa a su alrededor ahora, le dejaba visualizar a las personas que “normalmente” mantienen una fachada de seguridad en la zona.

Uniformados, firmes y callados, sólo mirando al alrededor con la sospecha y desconfianza en sus miradas endurecidas.

Ikoye, disimuladamente frunció el ceño ante la distribución del personal que no había notado. Sobretodo cuando uno de ellos, repentinamente pareció ver a alguien, y lo detuvo. Le dijo algo a esa persona y ésta mostró un trozo de papel envuelto en un plástico resistente con un sello circular de color rojo en el reverso. Luego de ello, el hombre dejó seguir su camino a la señorita que sólo intentó cruzar la calle.

—Mm.—La morena no tomó a bien eso. “Los Alfas están siendo muy meticulosos con las personas que entran y salen a diario, es una suerte que tenga mi pase de visita”.

Registró su pequeño bolso que cargaba en su hombro, guardó el libro y con ello alcanzó la pequeña cartera donde guardaba su documentación, y junto a ella, se hayaba el tan famoso —y difícil de obtener— permiso o pase de visita. Lo cual no era más que un pequeño rectángulo de papel sellado con el logo de la Provincia de Busan de color rojo en el reverso. Y al frente, el nombre de la persona visitante y aliada a ella, el nombre de la persona conocida y procedente de la localidad junto con el serial de identificación de la misma. El papel está plastificado, y adjunto a ello, posee un sello en una de las esquinas con un número específico que pude ser verificado en un sistema. De esa manera, se sabe la validación del permiso.

Ikoye cuidaba más ese pase que el dinero que cargaba consigo, por motivo a que sin él, estaría en un gran problema.

No esperó mucho allí sentada, sobretodo al ver la hora en el reloj de su muñeca izquierda. Avanzó entre las personas e incluso, tuvo que mostrar su pase cuando llegó a la segunda cuadra que daba cerca a una pequeña cafetería.

Cuando el Alfa le dejó seguir en su camino, no pudo evitar girarse a verlo una vez y más, lo cual al hacer esa acción notó cómo éste cambiaba de lugar con un Beta y seguir el camino por donde ella vino, sólo que en sentido contrario a su dirección. Eso la hizo preocuparse un poco, al notar que los Alfas parecían estar más atentos en los turnos de seguridad.

⊰∙∘"Yo... te recuerdo"⌑˙•˚ [M.YG] {A.A}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora