Ópalo y Ámbar forman el primer par,
Ágata canta en sí, del lobo el avatar,
Dueto —¡Solutio! — con Aguamarina.
Siguen poderosas las Esmeralda y la Citrina,
los gemelos cornalina en Escorpión,
y Jade, el número 8, digestión.
En mi mayor: negra Turmalina,
Zafiro en fa se ilumina.
Y casi al mismo tiempo el Diamante,
11 y 7, del León rampante.
¡Projecitio llega! Fluye el tiempo,
Y Rubí constituye el final y el comienzo.
De los Escritos secretos del conde de Saint Germain.
No. No podía ser yo. Yo nunca había besado a un chico. Bueno prácticamente nunca. En cualquier caso, no así. Estaba ese Mortimer del curso superior al nuestro con el que había salido el verano anterior, exactamente dos semanas y medio día; no tanto porque estuviera enamorado de él como porque era el mejor amigo de Max, el novio de Hyunjin en esa época, y de algún modo todo encajaba bien. Pero Mortimer no estaba especialmente interesado en los besos, sino que concentraba todos sus esfuerzos en hacerme chupetones en el cuello, mientras trataba de meter distraídamente la mano debajo de mi camiseta. Con treinta grados a la sombra, tenía que ir continuamente con pañuelos en el cuello, y me pasaba todo el día ocupada exclusivamente en apartar las manos de Mortimer (sobre todo, en la oscuridad del cine, donde le crecían como a un pulpo). Después de dos semanas habíamos roto nuestra "relación" de mutuo acuerdo. Para Mortimer, yo era "demasiado inmaduro", y para mí, Mortimer era demasiado...hummm...pegajoso. Aparte de él, solo había besado a Jackson en la excursión con la clase a la isla de Wight, pero ese beso no contaba, porque a) era parte de un juego llamado Verdad o Beso (yo había dicho la verdad, pero Jackson había insistido en que era mentira), y b) no había sido en absoluto un auténtico beso. Jackson ni siquiera se había sacado el chicle de la boca. De modo que, con excepción del "affaire de los chupetones" (como lo llamaba Hyunjin) y el beso de menta de Jackson, seguía totalmente "imbesado". Y posiblemente también "inmaduro", como decía Mortimer. A mis dieciséis años y medio, era consciente de que iba atrasado; pero Hyunjin, que había salido con Max durante todo un año, opinaba que el besar, en general, estaba sobrevalorado. Decía que tal vez solo era cuestión de mala suerte, pero que los chicos a los que había besado hasta el momento definitivamente no le habían cogido el truco al asunto. Hyunjin decía que en realidad debería haber una asignatura llamada "Besar", preferiblemente en lugar de la religión, que de todos modos nadie necesitaba. Hablábamos bastante a menudo de cómo tenía que ser el beso perfecto, y había un montón de películas que veíamos una y otra vez solo por sus escenas de besos fantásticas.
—Ah, señorito Felix, ¿desea hablar conmigo hoy, o tal vez prefiere ignorarme de nuevo?Taehyung me había visto salir de la clase de mistress Counter y se acercó a mí.
—¿Qué hora es? —Miré a mi alrededor buscando a Hyunjin.
—¿Acaso soy un reloj de pared?—Taehyung me miró ofendido—. Debería conocerme lo suficiente para saber que el tiempo no tiene ninguna importancia en mi existencia.
—Cuánta razón tiene. —Doblé la esquina para echar una ojeada al gran reloj que había al extremo del pasillo. Taehyung me siguió.
—Solo he estado fuera veinte minutos—puntualicé.
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Rubí, el último viajero del tiempo (Jilix-Hanlix) Libro 1 de la trilogía
FanfictionEn casa de Lee Felix nada ni nadie es del todo "normal", empezando por su excéntrica (¡y chismosa!) tía abuela Maddy, que tiene extrañas visiones, pasando por Lisa, que se escapó de casa hace 17 años sin dejar rastro alguno... Y para acabar, también...