Capítulo 7.

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Lena, Kara, Alex y Maggie tenían una tradición navideña, una tradición que había empezado cuando Jamie y Lexie fueron lo suficiente mayores para entender el concepto de Navidad y de Santa Claus, era más bien un acuerdo, de ese modo podían comprar sus respectivos regalos de Navidad sin que las pequeñas pudieran descubrirlas.

Cada año una de las niñas iba a la casa de sus tías, mientras que sus madres iban a hacer las compras navideñas; al día siguiente, la pareja que había ido a hacer las compras, recogía a ambas niñas y las llevaba al parque de diversiones o algún otro lugar entretenido a pasar el día. De ese modo podían comprar los regalos navideños con total tranquilidad y tenían el tiempo suficiente para poder esconderlos.

Así que el 23 de diciembre por la tarde, Alex y Maggie dejaron a Jamie en la casa de Lena y Kara.

—¿Qué tienen en la cara ustedes dos?— Preguntó Kara una vez que Jamie se había ido a jugar con Lexie y miró a la pareja con intriga.

Ambas estaban más sonrientes de lo usual, además de que se veían extremadamente cariñosas la una con la otra, hasta el punto de ser empalagosas.

—¿Qué tenemos?— Maggie arqueó una ceja una vez que se separó de los labios de Alex.

—No sé, están muy... extrañas— La rubia las miró con los ojos entrecerrados. —Algo están tramando.

—¿Ahora es un crimen ser feliz?— Cuestionó Alex, y para la sorpresa de todas, se soltó a llorar como si hubiera visto la cosa más triste del mundo.

—¿Estás bien?— Lena la miró con preocupación.

—Tú eres la única que se preocupa por mi— Alex la abrazó fuertemente y continuó llorando, después le hizo a su hermana una seña obscena con el dedo.

Kara volteó a ver a Maggie con intriga, pero ella simplemente le dedicó una sonrisa tan radiante como el sol, por su lenguaje corporal, parecía que había ganado la lotería.

—¿Están consumiendo drogas?— Les preguntó a ambas en un susurró.

Alex la miró molesta, como si Kara le hubiera dicho el peor insulto del mundo, la rubia tragó saliva.

—Amor, creo que debemos irnos, tenemos bastantes cosas que comprar, vamos— Maggie abrazó a su esposa por la espalda, Alex de inmediato pareció relajarse, aunque miró a Kara con los ojos entrecerrados.

—Está bien, pero primero iremos por pepinillos al súper mercado— Dijo Alex con los ojos llorosos, a lo que Maggie asintió y le dio un beso en la mejilla, haciendo sonreír a la más alta. —¿Qué? Tengo hambre— Aclaró al ver la cara de confusión de las otras dos mujeres.

Lena y Kara se dedicaron una mirada confundida, pero simplemente se encogieron de hombros.

—¿Qué acaba de pasar?— Preguntó Lena una vez que Alex y Maggie se habían ido.

—No tengo idea, pero sé que esas dos están ocultando algo— Respondió Kara, igual de confundida. —Alex detesta los pepinillos— La rubia de repente cambió su semblante pensativo y empezó a reír suavemente, lo que llamó la atención de Lena.

—¿De qué te ríes?

—Es sólo que recordé cuando estabas embarazada, una vez me hiciste comprar pepinillos y mostaza a las 3 de la mañana— Kara sonrió con ternura.

—Me molesté bastante cuando no quisiste comer un pepinillo con mostaza— Lena miró fijamente a los ojos de Kara, ambas estaban bastante cerca una de la otra. —Aunque siempre estuviste ahí para complacer mis antojos, no importa si eran las 4 de la mañana.

All I want (for Christmas) - SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora