"-¿Podrías quedarte aquí? Su mano me sujeto firmemente, sus ojos ... Sus tiernos ojos tenían un rastro de lágrimas. Le sonreí y me senté a su lado en silencio. Su cabeza se recostó sobre mi hombro y yo levanté mi mano para acariciarlo. De alguna manera quería reconfortarlo. -Gra... Gracias."