Toda mi vida me han dicho que estaba destinada a la grandeza, qué gobernaría una nación, pero lo que nunca me dijeron era la carga que con lleva serlo. Me enseñaron cómo debe comportarse la heredera al trono, sin embargó me encuentro en una encrucijada, debo decidir lo que quiero de verdad o a lo que los demás quieren que sea, pero en el camino me perdí. Ya no quería nada de lo que por derecho me pertenecía.