He visto la muerte miles de veces frente a mis ojos, una ruptura amorosa no era nada para mi corazón negro y podrido. La casa se convirtió en un infierno, todo parecía estar en soledad, pero no era así. Era de noche cuando mi cuarta esposa se fue, mis hijos dormían en la planta de arriba y solo podía ver el auto alejarse cada vez mas hasta que por fin perderse al doblar a la derecha dos cuadras más adelanté. No tenia lágrimas y tampoco pensaba llorar, una decepción mas agregada a mi lista no me haría doblegarme y caer, yo no era así y podía solo, me mantendría en pie como lo hice las otras tres veces, seria fuerte una vez mas por mis hijos.