Era un fanático de historias de reencarnación en mundos de fantasías ambientados en la época victoriana. Entre las muchas historias de ese estilo que leí sobresalía una muy similar a la historia de Cenicienta; con la típica protagonista atormentada por las villanas y que luego es salvada por el príncipe, esa historia se llamaba "El final féliz de Jessie", y ahora, había reencarnado en el mundo de esa historia.