Cuando Camila despertó en otro mundo, con otro rostro y con otra familia, se echó a llorar por lo asustada que estaba. Ella no era inteligente como esas protagonistas de los manhwas que leía. Ella no podía implementar objetos del futuro sólo por el simple hecho de qué no sabía cómo. Ella ni siquiera sabía en que lugar se encontraba. Ella no era buena en nada que le pudiera servir en esta vida. Solo tenía miedo. Mucho. Pero tenía que vivir.