Segunda entrega de la trilogía "El monstruo". Todo se vuelve flexible y tremendamente frágil. Ya no hace falta respirar para sentirse vivo, ni hace falta cerrar los ojos para estar en paz. Ahora la oscuridad y la soledad es lo que le provoca un pavor absoluto. No es miedo, él no le teme a nada. Ahora todo está en calma, nada puede destruirle, se siente más vivo que nunca. Solo hace falta darse cuenta de una cosa, nada puede destruirlo si ella le abraza. Él nunca podrá caer, no mientras ella le sostenga la mano, él jamás fallará en eso. Pero, ¿qué es lo que pasa cuando lo externo a ellos se trona en contra de esa unión? ¿Qué pasa cuando solo quieren verla muerta y él ni si quiera se ha dado cuenta?