Los hermanos Bill y Tom Kaulitz que nacieron y se criaron en una familia que otros envidiarían, no mantenían una relación cercana, llegando al punto de no dirigirse la palabra a menos que sea necesario durante más de diez años. Pero, un día, debido a un inesperado accidente, Tom sufre una conmoción cerebral que lo hace perder la memoria, deteriorando su estado mental a la edad en la que todavía era un estudiante de primaria. Bill se culpa del accidente, por lo que decide hacerse cargo de Tom, aunque constantemente tenía que lidiar con las dificultades que le traía el estar cuidando a su hermano menor, que ya era un adulto pero se comportaba como un niño. Un día, a altas horas de la noche, Tom visita silenciosamente la habitación de su hermano mayor. "Hermano, duele".- Dijo Tom con voz infantil. Bill miró a su hermano menor, que lloraba con un rostro avergonzado por no saber lo qué era una erección o cómo aliviar su lujuria masturbándose. Bill estaba enojado y pensaba correrlo, pero se dio cuenta de algo y se dijo a sí mismo: "Jugaré con él hasta que su memoria vuelva a la normalidad, cuando recuerde, se sentirá muy avergonzado por esto y ni siquiera podrá mirarme a los ojos." Pensó que sería algo simple, pero cayó en un pozo del que ya no iba a poder salir.