Lo cierto es que en mi piel llevo tatuajes de besos que no llegaron a ser infinitos, de caricias fingidas, de susurros que prometían quererme para siempre. Estoy hecha de personas que solo dejaron heridas sangrando y que de a poco me hacen desaparecer. Es cierto que me estoy equivocando por encontrar el sitio correcto, los abrazos cálidos, los latidos que se convierten en melodía en una tarde cualquiera. Es cierto que mi brecha está llena de errores, pero más de aprendizajes. Creo en el amor, pero también he dudado en encontrarlo, he creído en sombras que se burlaron de mí, he perdonado incluso con el alma en pedazos. He aprendido a soltar teniendo el corazón lleno de amor, a encontrar salvación con las ausencias que me dejan al borde del precipicio. He aprendido a amarme por encima del miedo, por encima del corazón roto que me ha dejado mi persona equivocada.