Durante mis diecisiete años de vida, me han roto el corazón muchas veces. Por eso hace un par de años decidí escribir la lista: veinte puntos disparatados en los que resumí todo lo que un chico tendría que hacer para enamorarme. La terminé con la certeza de que nadie, jamás, sería capaz de completarla. ¿Quién, en su sano juicio, sería capaz de hacer todo eso solo por mí? Exacto: nadie. Eso mismo creía yo. Hasta que mi sujetador cayó accidentalmente en el patio de mis nuevos vecinos y conocí a Noah Carter. | EN LIBRERÍAS gracias a Oz Editorial