Para Jack, un niño de cinco años, la habitación es el mundo entero, el lugar donde nacio, donde come, juega y aprende. Por la noche, Mamá lo pone a dormir en el armario, por si viene el Viejo Nick... Para su madre, la habitación es el cubículo donde lleva siete años encerrada. Con gran tesón e ingenio, ha creado en ese reducido espacio una vida para su hijo, y su amor por él es lo único que le permite soportar lo insoportable. Pero la curiosidad de uno crece a la par que la desesperación de la otra. Sólo queda urdir la huida, un plan más arriesgado de lo que ambos puedan imaginar.