-Anda Alex, dime quién es tu mate -pidió Giuli. -No Giuli, cuando seas más grande te lo diré -sentenció y la pequeña ojiazul de mejillas coloradas y pecas debajo de los cristales que tiene por ojos frunció el ceño triste. Lo que Giuliana no sabía era que Alex no le diría quién es su mate cuando crezca, ella lo descubriría sola. Ella lo sentiría, ella lo amaría por siempre. No todo es por una simple conexión.