La madre naturaleza tiene una manera de hacer "adecuadas" las parejas más inverosímiles. ¿Y qué podría ser más inverosímil que la descarada e independiente hija del Presidente que no sabe cuándo mantener la boca cerrada y un solitario de la casta del coyote con hambre por una linda boca como un capullo de rosa y que está determinado a inmovilizar? El voto para la Ley de la Casta está siendo atacado. El trabajo de Harry es vigilar a Amanda, la hija del Presidente, mirar, pero no tocar. Solo cerciorarse de que la pandilla de estúpidos del servicio secreto asignados para protegerla realiza su trabajo hasta que se apruebe la ley. Pero cuando no lo hacen y los sicarios se ponen en movimiento para raptarla, Harry de mala gana acude al rescate, apartándola de la seguridad. Pero ella no va a ir con él fácilmente, de modo que él hace algo más que utilizar la mera conversación para hacerle ver su punto de vista. Para un hombre que no ha tenido nada, Amanda Marion es el alimento para el hambre que lo ha torturado, la realidad de cada uno de los sueños en que Harry nunca se atrevió a creer. Lo que siente por ella es más que pasión, más que amor. Ella insufla vida en su corazón endurecido, derritiendo la helada frialdad que lo ha protegido durante toda su existencia, tocando una parte de él que pensaba que había muerto -su alma-. Y ahora él matará a cualquiera que trate de apartarla de su lado. Pero una persona contra la que no puede luchar es Amanda, y cuando ella quiere marcharse... Adaptación, todos los derechos a su autora