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Cuando terminé la jornada en la universidad lo único en lo que pensaba en volver a casa y esperar a que llegara mi coche. Parezco obsesionada pero mi coche es como mi hijo: lo amo.

Salí del edificio donde se daban básicamente todas las clases de literatura y me encaminé a mi encuentro con Rogers. Allí estaba él junto a su coche y rodeado de un grupo de chicas.

- ¿No estaba en el taller? - Le dije mientras me acercaba a donde estaba él y refiriéndome a su coche.

- Ya me lo han traído - 

Ya, seguro. Las chicas que estaban con él me miraban de arriba abajo. Suspiré, porque no soportaba eso.

- ¿Nos vamos Mark? - 

Lo admito, lo dije para fastidiar a todas esas copias de Barbie que estaban allí, fuera perras.

- Sube al coche, ahora vengo -

- Adiós chicas - Les sonreí amablemente y les hice un gesto con la mano, el típico saludo que pondría de los nervios a todos.

Mark se alejó un momento mientras hablaba por teléfono y yo abrí la puerta para entrar en el asiento del copiloto.

- Bonita camiseta ¿De dónde la sacaste?¿Segunda mano?- Todas se rieron del estúpido comentario de la morena que me dijo eso.

- En plan mi abuela lleve esos colores - Dijo otra

- Bonitas ¿No os parece que la envidia de que alguien tenga que algo que vosotras no tenéis os hace ver estúpidas? - Las miré con una sonrisa fingida - Por cierto, dile a tu abuela que tiene un buen estilo...Y también pídele que te enseñe cómo vestir cielo - Me bajé las gafas de sol y le guiñé el ojo.

Justo después de eso entré en el coche y cerré la puerta y me puse a ignorar a las universitarias que me miraban con la boca abierta. Madre mía parecen crías.

Mark entró corriendo al coche e inmediatamente lo puso en marcha sin ponerse el cinturón. Salimos casi volando de el aparcamiento y empezó a pisar el acelerador para ir más rápido de lo que debería.

- ¿¡Pero a ti qué te pasa , es que quieres morir?! - 

Mark no me hizo caso y siguió concentrado en la carretera ¿A este qué mosca le ha picado?

- Mira parásito, aprecio mi vida así que agradecería que bajases el ritmo - 

Parecía fuera de si, hizo caso omiso de lo que dije y siguió su camino. Se le notaban las venas en el cuello y estaba sujetando fuertemente el volante. Muy tarde me di cuenta de que no estábamos yendo a casa ¿Qué demonios?

Decidí no decir nada y quedarme callada. Después de un rato nos desviamos hasta llegar a unas puertas de metal, en un cartel de al lado leí de qué se trataba. Estábamos en el hospital ¿Por qué? 

Mark aparcó lo más cerca que pudo de la entrada al edificio.

- Quédate aquí, ni se te ocurra entrar Olivia - Me dijo enfadado. Wooo me ha llamado por mi nombre, esto es serio.

Obviamente no le hice caso, algo estaba pasando y no me iba a quedar aquí. Salí del coche y fui detrás de él intentando que no se diese cuenta, entramos en el edificio y él se dirigió corriendo a la recepcionista

- ¿Nichols? ¿Amber Nichols? - Dijo

- Dígame su nombre señor ¿Eres algún pariente? - 

La recepcionista quitó sus ojos de Mark y los fijó hacia mi. Yo al darme cuenta de que seguro me preguntaría quién era empecé a hacerle señas. Agité las manos indicándole que no diga nada y me puse el dedo sobre los labios para que me entendiera. La mujer frunció el ceño sin entender. Mark se giró hacia donde se dirigían los ojos de la recepcionista y posó su mirada en mi. Yo ya me daba por muerta. Preparen la tumba para Olivia Payton Stephens porque Mark me miraba como si quisiera arrancarme la cabeza allí mismo.

- No me hagas perder más tiempo y vuelve al coche antes de que cuente hasta cinco porque si no estarás perdida -

- Per-

- ¡Vuelve al coche Olivia! - Por un momento me recordó a cuando me gritó en el apartamento, ese día horrible.

Puse los ojos en blanco pero le hice caso. Volví al coche y me puse a leer un libro, pasaron 20 minutos y Mark no aparecía.

¿Quién es Amber Nichols?¿Por qué estaba Mark desesperado por verla?

Media hora después de haber vuelto al coche llamé a Mark para ver que narices estaba haciendo porque ya quería volver a casa. Me quedaba poquísima batería, más le vale cogérmelo. Pensé que no respondería pero al quinto sonido me contestó.

- A dos cuadras de aquí hay un restaurante de comida rápida por si tienes hambre y en los asientos de atrás está mi mochila, hay dinero allí si quieres ir a comer o volver con un taxi a casa. - Me quedé en silencio sin saber qué hacer - No sé cuánto tiempo estaré aquí Preciosa, pero no subas a buscarme por lo que más quieras -

Después de eso colgó. Me desconcertó lo que dijo y el hecho de que me estuviera hablando tan apaciguado, pero después de pensarlo decidí que lo mejor sería volver a casa porque tal y como dijo él, no sabía cuánto se quedaría allí. Me di la vuelta en mi asiento y cogí la mochila de Mark, en el bolsillo más pequeño había un pequeño estuche con el dinero que usaría para pagar el taxi.

Entonces algo vino a mi mente. Mi coche.

El pánico me invadió y miré el móvil para mirar la hora pero me había quedado sin batería. Mierda. Cogí las llaves del coche y mis cosas. Luego rápidamente entré en el hospital y le dije a una enfermera que tenía que darle las llaves a un amigo que estaba con una tal Amber Nichols, al principio se extrañó pero acabó aceptando. Salí disparada hacia la calle. No tardé en pillar un taxi y en indicarle la dirección de mi casa. Según mis padres, los trabajadores tenían estrictas ordenes sobre dejar el coche en aparcamiento de la residencia. Seguro que para cuando llegara el coche estaría allí y mis llaves estarían metidas en el buzón. 

Cuando llegamos le pagué al conductor y salí como una bala y allí estaba, mi Range Rover Evoque negro mate. Era una fantasía verlo, había ahorrado mucho para tenerlo pero teniendo en cuenta que a mis padres no les faltaba el dinero pues si que tuve de su ayuda para comprarme esta maravilla. 


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Hola Florecillas

OH DIOS MIO ¿Se habrá puesto Olivia celosa de que Mark estaba buscando a esa tal Amber?

Dime sinceramente cómo te cae Amber Nichols de momento y qué piensas de ella...

Bueno no tengo muchas preguntas hoy. FELIZ NAVIDAD y muchos besitos de parte de Mark Rogers

Cuando llegue la primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora