2. Preciosa

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Olivia

Al día siguiente de mi llegada me desperté pronto para salir a correr, me vestí y todo...Pero me volví a dormir. Si amigos míos, esa es la realidad de mi vida. Además estaba cansada porque la noche anterior estuve hablando hasta tarde con Rogers sobre nuestros gustos y algunas cosas.

Finalmente me desperté alrededor de las once de la mañana cuando oí una potente música en el salón. Ay no puede ser, pude oír a mi compañero de piso empezar a cantar, lo que faltaba. Me desperecé y fui a ver qué hacía ese loco con la música a tope a esas horas y me lo encontré en la cocina cantando a todo pulmón. Le miré desde el otro lado de la barra que dividía el salón y la cocina.

- Hola preciosa - Y me guiñó, me guiñó el ojo así como si nada.

- Oye que no me llames preciosa, ya sé que lo soy y otra cosa ¡Puedes respetar que intentaba dormir! ¡Al menos podrías pedir perdón por despertarme! -

Me miró raro y se encogió de hombros para luego seguir a lo suyo ¿En serio? Yo me vengaría de esto Mark Rogers , a esta reina nadie la despierta así. Indignada, me fui a vestirme para ir a comprarme algo para el desayuno y algunas cosas para los siguientes días. Me puse un vestido vede oscuro porque ese color me favorecía, teniendo en cuenta que mi pelo era un castaño hacia pelirrojo y que mi ojos eran marrones y tenían un poco de verde. No le pregunté a Mark dónde había un buen super mercado para hacer las compras , ya me las apañaría y además me estaba empezando a poner nerviosa. Salí de mi edificio y caminé hasta la salida de la urbanización tranquilamente, estábamos a principios de septiembre y empezaba a refrescar así que de momento llevar vestidos no sería un problema. No tenía ni idea hacia dónde ir así que usé el Google maps para llegar al supermercado más cercano. Después de cinco minutos caminando al fin pude ver un sitio para hacer mis compras. Al acercarme pasé por un grupo de amigos.

-...Además a su padre no le importa - Un rubio dijo entre risas.

- Yo creo que a su padre no le importa nada de lo haga con tal de que su reputación siga intacta - Dijo otra.

- Me gustaría tener padres tan ricos.. - Pasé de largo muy confundida ¿De quién hablaban?

Llegue a la tienda y compré lo suficiente para esta semana , tenía que conseguir mi coche ya porque cargar las compras hasta casa no fue una tarea agradable. Al entrar a mi casa oí carcajadas en la sala y pude ver de quién se trataba al entrar a la cocina, Mark y una ¿Amiga? No creo, estaban demasiado cerca.

- Hola preciosa, ella es Clara - La chica puso una mueca al escuchar el sobrenombre que este había usado

- Hola Clara, soy Olivia - Dije con una sonrisa. La chica me devolvió la sonrisa y me saludo con la mano, seguidamente se apegó más a Mark notoriamente, como para marcar territorio. Tranquila fiera, todo tuyo.

Saqué todo de las bolsas mientras metía todo en su sitio. Me dolía la cabeza de tanto poner los ojos en blanco. Mark tenía su propio cuarto para estar besando a su amiguita, no necesitaba escucharlos. Después de 20 horribles minutos salí de la cocina y me dispuse a ir a mi cuarto. Obviamente mi tortura no había terminado.

- Oye preciosa ¿Quieres venir hoy a la fies -

- No - Le corté, al parecer no entendía que era un pesado.

Entré en mi habitación y empecé a pensar en algunas cosas, mi familia, mi casa de antes de mudarme aquí, un coche, necesitaba mi antiguo coche ya. Mis padres estaban intentando hacérmelo llegar con algún medio pero aún no sabíamos cómo. Yo había venido con el avión hasta aquí y mi coche se quedó allí.
Ahora que lo pienso, necesito hacer amigos y Mark no cuenta porque me pone de los nervios, ya hallaré alguna forma de socializar.

Escuché cómo Clara se despedía (finalmente) de mi compañero de piso y seguidamente la puerta de la entrada se cerró. Me levante para ir a hacer la comida pero no pude porque justo entonces Mark entró a mi cuarto.

- Hoy te vienes conmigo a una fiesta de bienvenida a la fraternidad de mis amigos - Dijo y salió de mi cuarto cerrando la puerta tras de si, no puedo más.

- ¡¿ Pero a ti te enseñaron a llamar a la puerta?! ¡No puedes entrar así a mi habitación y no iré a ninguna fiesta! -

Abrió la puerta , otra vez, y me contestó.

- Yo hago lo que quiera y tú te vienes a esa fiesta preciosa, quieras o no, no puedo permitir que mi compañera de piso sea una amargada - hizo una pausa - Y no grites tanto -

Puse los ojos en blanco y le ignoré, yo no iba a ningún lado con él ¿Quién se cree? Pasé por su lado y fui a la cocina para hacerme la comida, que incordio de persona. Realmente estoy planteándome buscar otro piso con otro compañero que no moleste tanto.

- Venga no pases de mi, será divertido. Conocerás a gente, si quieres en cuanto lleguemos allí te dejo buscarte la vida pero quiero que conozcas a mis amigos, mi reputación es importante preciosa - Su reputación, lo que le importa es eso - No te voy a dejar tranquila hasta que me confirmes que vienes y ten en cuenta que son apenas las dos de la tarde así que tenemos tiempo -

- ¿Sabes qué? Iré, pero calla ya esa bocota si no quieres tragarte esta sartén - dije sujetando una en mi mano.

Roger miró la sartén en mi mano con cara de miedo y luego sonrió.
- Bien, a las ocho nos vamos - Y con eso salió de la cocina

Comí arroz a la cubana, luego la merienda fue una ensalada de frutas y chocolate porque el chocolate que nunca falte. Finalmente a las siete y media decidí empezar a arreglarme, me gustaba hacerlo siempre.
Después de miles de prendas me decidí por un vestido negro ajustado de tirantes finos con unas botas de plataforma y un bolso pequeñito, negro también.

A las ocho menos diez Rogers entró en mi cuarto sin llamar y le tiré mi zapatilla, lamentablemente no le di en la cara.

 Finalmente estuvimos listos para irnos, yo emocionalmente no .

Cuando llegue la primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora