Ira parte 3

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Vox

Los calmados pasos del demonio dueño de aquel importante estudio de televisión resonaban entre las paredes de los desolados pasillos del edificio, ya hace un par de horas que se encargó de despedir a sus trabajadores diciendo que él se encargaría de los últimos detalles de las grabaciones y sus propios asuntos, no era nada extraño que el demonio de cabeza de pantalla pidiera tiempo a solas en sus propios dominios ya que las altas demandas que tenían sus productos y servicios podían ocasionarle una ligera sobrecarga derivada de su propio agotamiento, y requería únicamente de su propia presencia para poder darse un respiro y poder enfocarse por completo para resolver los posibles problemas que pudieran tener sus aparatos electrónicos, algo que no solía suceder, o agregar algunas mejoras en sus aplicaciones. Al tratarse de un Overlord tan conocido, poderoso y de alto nivel como lo era el mismo Vox debía de mantenerse al tanto con las nuevas tendencias que surgían día a día permitiéndose permanecer en completa sintonía con los pecadores y demonios que consumían su marca, sabiendo que de no ser por la popularidad que había logrado formarse entre estos todo su potencial se hubiera desperdiciado, aquella atención desmedida era lo que le permitía mantenerse en la cima disfrutando de los privilegios que su fama le dejaba obtener.

El demonio de la tecnología es alguien que comprende lo difícil que es hacer que tu nombre pueda forjarse un buen lugar en la industria del entretenimiento, inclusive él había tenido que enfrentarse a una casi interminable cantidad de altos y bajos de los cuales no se enorgullece del todo. Recordar a ese mocoso joven y ansioso por hacerse con un tiempo en pantalla que fue capaz de rebajarse a llevarles el café y los aperitivos a ese grupo de reporteros incompetentes con el único fin de conseguir ser capaz de presentar una pequeña e insignificante sección que no llegaba ni a los tres minutos dentro de un noticiero de tan baja categoría es, quizás, el recuerdo más humillante de su historia humana que aún le hace rabiar con ganas, sus inicios es algo que prefiere mantener escondido en lo más profundo de su mente, por otro lado, el verse compitiendo contra conductores de programas de entrevista con mayor experiencia y presencia televisiva, tener que lidiar con aquellos escándalos que iniciaron terceros celosos y el enfrentarse a quienes se atrevieron a tratar de hundirle por la rápida popularidad que ganaba entre el público por su joven apariencia fue la época más complicada de sus tiempos como presentador.

Su vida como humano claramente nada tenía que ver con la facilidad con la cual logro hacerse con la admiración, dominio y control de varios de los demonios inferiores apenas tocar el suelo del Infierno, toda su vida supo que terminaría ardiendo en el fuego pues con las atrocidades cometidas cuando vivía era claro que nunca alcanzaría el cielo, pero, tampoco es algo que le haga arrepentirse. Haber tenido la oportunidad de destruir, públicamente, a varios de sus competidores es algo que sigue ocasionando un ensanchamiento en su sonrisa de satisfacción total, llego tan lejos como para ofrecer fuertes sumas de dinero a los internos de los estudios rivales con tal de conseguir las pruebas necesarias para sus planes, varios de ellos relacionados con drogas o trata de blancas, y cuando eso no era suficiente él se encargaba personalmente de acabar con la vida de aquellos hombres con pequeños e imperceptibles arreglos en las cajas de luz conectadas de manera directa con los camerinos haciéndoles parecer como simples accidentes laborales.

La lección más importante que había aprendido, tanto en vida como en muerte, es que solo los fuertes sobreviven y son capaces de hacerse con todos los medios necesarios para mantener sus posiciones y el Overlord no dudaría en acabar con aquellos que representaran un peligro para su preciado estilo de vida sean sus enemigos e inclusive sus propios amigos.

Detuvo sus pasos en el momento que llego a las partes traseras del estudio, siendo específicos donde se encontraban las bodegas de utilería donde guardaban toda la indumentaria que utilizaban en sus programas, novelas, películas y demás. Su mirada se enfoca en una de las puertas, aquella bodega que hace años dejaron de utilizar por la poca capacidad de almacenamiento que tenía, se encamino a esta retirando el enorme candado, con ayuda de la única copia de llave que existía y estaba en su poder, y desenredando la pesada cadena para poder abrir la puerta solo lo suficiente para permitirse la entrada y dejando que un pequeño rayo de la luz exterior iluminara el interior de la entrada de aquel lugar. No necesitó de hacerse con alguna lámpara o encender las luces interiores para saber perfectamente por donde caminar sin tropezar gracias a la luz propia proveniente de su pantalla, a cada paso que avanzaba algunos de los viejos equipos de sonido comenzaban a encenderse, producto de sus poderes eléctricos, reproduciendo distintas mezclas de sonido propias de la música electrónica, para muchos podrían parecer simples y molestos sonidos sin sentido alguno, pero, para Vox era la mejor experiencia de sonido que sabe no cualquiera se tomaría la molestia de apreciar de manera correcta.

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