Negación parte 11

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Vox

Su cabeza reposaba sobre su mano izquierda, haciendo apoyo sobre su codo encima del brazo del sofá de tres plazas, sus parpados se sentían más y más pesados con el pasar de los minutos siendo lo único que le mantenía despierto la taza de café, la cual se mantenía caliente, que sostenía en su mano derecha a la que ocasionalmente daba unos cuantos sorbos y el elaborado discurso que el dueño de la oficina se encontraba recitándole desde hace ya cerca de hora y media, tanta era su emoción por la noticia que no se daba cuenta que en ocasiones divagaba de una cosa a otra obligándose a repetirle lo mismo por lo menos tres veces más.

No era que Vox fuera alguien que desconociera los placeres de mantenerse despierto a altas horas de la noche, fácilmente podría pasarse más de 5 horas metido en uno de los clubs que tanto le gustaban dentro de alguna de las cabinas ayudando con la música y los efectos especiales o bien, disfrutando del baile y la bebida como cualquier otro de los demonios y presentarse a trabajar al día siguiente como si nada hubiera pasado. La verdadera razón de su cansancio se debía a que su cabeza no dejaba de dar vueltas a las acciones poco propias de un Overlord de su nivel al tratar a alguien tan inferior de una manera tan bondadosa, paso cerca de tres horas tratando de encontrar una razón lógica a su extraño actuar y todas y cada una de sus posibles respuestas resultaban tan absurdas como la anterior, casi llego a creer que algunos de sus circuitos podrían haberse quemado por el sobreesfuerzo realizado durante el pensamiento. No queriendo centrarse más en lo mismo trato de descansar por al menos un par de horas, observando que su teléfono marcaba ya cerca de las 6:30 de la mañana, realmente había malgastado mucho tiempo en algo tan poco significativo, según sus propias palabras.

Según sus cálculos, podría haber descansado un máximo de 20 o tal vez 30 minutos antes de haber escuchado un fuerte golpe proveniente desde la puerta de entrada, creía que podría tratarse de la chica que se encargaba del cuidado de su mascota tratando de salir del departamento para volver en unas cuantas horas mas o podría ser su propio tiburón tratando de buscar una posición más cómoda para dormir por lo que decidió restarle importancia al asunto soltando un largo suspiro antes de rendirse por completo al sueño... para su desgracia eso no fue posible.

Un fuerte azote proveniente de la puerta de su habitación ocasiono que diera un salto fuera de la cama, provocando una ligera sobrecarga gracias al mismo susto que le fue ocasionado haciendo explotar todos los focos dentro del cuarto, salvando su pantalla de una nueva grieta por haber actuado rápido al meter las manos antes de tocar el piso, al buscar al culpable se topó con la figura de la polilla quien mantenía una enorme sonrisa en sus labios y balbuceaba una cantidad impresionante de palabras a las que no podía darle un orden especifico. Antes de siquiera poder comenzar a maldecirle, y recriminarse por haberle dado un juego de llaves, el mayor se apresuró a sujetarle entre sus brazos y llevarlo sobre su hombro, como si de un costal se tratara, explicándole como había encontrado una forma de poder expandir su negocio, hacerse con mas fama o cosas similares a eso mientras caminaba en dirección a la puerta de entrada para salir ambos del hogar del demonio de la tecnología. Por más esfuerzos y reclamos que Vox soltó en dirección al dueño de los Porn Studios este ni se inmuto y solo procedió a meterlos a ambos dentro de la limusina en dirección a su puesto de trabajo

Y es así como es que llego a la situación actual. Sentado en ese amplio mueble que decoraba la oficina, tomando una segunda taza de café y escuchando, o al menos intentando escuchar, la verborrea que la polilla frente a él no dejaba de soltar. El entusiasmo que ponía en cada una de las palabras que salían de su boca resultaba interesante para el demonio de la pantalla, casi podía asegurar que estaba a nada de tener un orgasmo por las expresiones que se dibujaban a medida que avanzaba en el relato y de no haber sido porque se atrevió a sacarle tan temprano de su hogar lo hubiese empotrado contra el escritorio para poder llevar a cabo una buena sesión de sexo mañanero.

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