Negación parte 14

63 5 0
                                    

Pasaron enfrente de una pequeña cafetería en donde un grupo de mujeres, vestidas con trajes antiguos y estrafalarios sombreros, no dejaban de ver en su dirección mientras cuchicheaban, en susurros mal disimulados, antes de animarse a saludar en coro al demonio de rojo.

- ¡Buenas tardes Alastor!

- ¡Buenas tardes mis apreciables damas!, espero que pasen una maravillosa tarde y disfruten del café que están tomando – las mujeres comenzaron a reír de manera nerviosa mientras se abanicaban con las manos tratando de no desmayarse – que grupo tan mas encantador.

- No me hubiera imaginado que fueras tan popular con el género opuesto o con ningún género en especial – refiriéndose a la orientación del ciervo – quiero decir, eres bastante guapo – le señala de arriba abajo – aun con todo y tu estilo de viejo o esa maniaca sonrisa que tanto gustas de presumir.

Las prendas de Alastor variaban únicamente en diseño pues los colores se mantuvieron prácticamente iguales. Pantalones de tiro alto bastante holgados en rojo quemado con unas ligeras, casi imperceptibles, líneas doradas a lo largo de las piernas y sujetado por un par de tirantes negros, camisa de manga larga en un rojo mucho más claro junto a una corbata también negra, un par de zapatos cafés muy bien lustrados y su micrófono en mano.

- Tu podrás opinar que es algo viejo – sujeto uno de los tirantes con orgullo – para mí se trata de un clásico de muy buena calidad – ríe alegremente – además, mi falta de apetito para los deseos carnales no es un impedimento para formalizar con una dama o un caballero.

- Oh, eso sí es una exclusiva – dijo – acabas de decir que confesar que serias capaz de acostarte con un hombre – ensancho su sonrisa – inesperado viniendo del que me rechazo mis servicios a la primera oportunidad.

- Dije que podría formalizar – aclaro – quiere decir que podemos interactuar y hacer algunas actividades en pareja, no significa que debamos conectar nuestros cuerpos de esa forma como si fuera lo único importante

- Pero mira cuantas palabras elegantes – hizo un par de señas con sus manos para darle un poco más de énfasis – se le dice coger o tener sexo si eres tan pudoroso.

- No hay necesidad de ser tan vulgar – separo sus manos con ayuda de su micrófono.

Angel solo podía sonreír con más ganas al ver la reacción tan avergonzada del Overlord haciéndole olvidar los pensamientos negativos que se habían instalado en su mente desde la mañana.

A medida que avanzaban en su paseo la conversación entre ambos fluía de manera casi natural, algo probable por haber vivido en épocas cercanas, mientras visitaban varias de las tiendas de ropa favoritas del actor, solo se dedicaron a las convencionales pues Angel creía que de pedirle le acompañara a una de lencería podría ocasionarle un infarto al ex locutor, en donde él y su amiga solían comprar sus atuendos para sus acostumbradas escapadas nocturnas. A cada lugar que entraban tomaba varias piezas de ropa o accesorias, tanto para sí mismo como para Cherri, con la intención de poder darle unos buenos regalos a la chica por haberle ayudado a liberar un poco de tensión unas noches atrás.

Salieron de la última con un par de bolsas más, haciendo cerca de un total de 6 u 8 bolsas en total, de las cuales tomo un par de fotografías para enviarlas al teléfono de la ciclope, como anteriormente hizo con las del distrito de compras, haciéndole saber que planeaba consentirla a lo grande para su siguiente reunión de chicas, miro la pantalla durante unos minutos extrañándose de que sus mensajes no hubieran sido leídos ni haber recibido una contestación inmediata tal y como acostumbraban.

- ¿Sucede algo? – cuestiono el mayor – no has apartado la mirada de ese curioso aparato en varios minutos.

- Solo me sorprende que Cherri no me contestara – bloqueo la pantalla y lo guardo en su bolsillo – a veces se queda dormida hasta tarde, pero nunca tan tarde.

DueloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora