Ira parte 13

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Angel

Cerró ambas llaves del grifo justo cuando el agua había llegado a la altura máxima donde no se derramaría cuando entrara en la tina de baño, una de sus manos inferiores removió el líquido transparente cerciorándose que la temperatura fuera la indicada, más templada que caliente pero no lo suficiente para enfriarse a los pocos minutos de entrar, y una vez confirmado que así era dejó caer dentro de la bañera un par de bombas efervescentes con aromas dulces haciendo que la superficie se llenara con una capa de burbujas de un suave rosa pálido a la vez que tiñeron el agua de ese mismo color, dándose un pequeño lujo extra se permitió añadir algunos de los pétalos de las rosas, los pocos que aún se conservaban frescos, que la sombra de Alastor le había regalado cuando le acompañaron al centro comercial luego de buscar el regalo de su amiga hace unos cuantos días atrás.

Sacudió su mano por encima, escurriendo el exceso de líquido y secando lo restante en la falda de su vestido para después proceder a deshacerse de las vendas que cubrían su mano lesionada dando un rápido vistazo sobre la misma, realizando algunos ejercicios para recuperar la completa movilidad de sus dedos mientras arrojaba los restos sucios de tela en el contenedor de basura. No parecía tener problema alguno gracias a que las chicas supieron actuar con velocidad en cuanto lo vieron regresar al hotel ayudando a reacomodarle los huesos en base a sus instrucciones, no era la primera vez que le ocurría algo como eso por lo cual ya tenía algo de experiencia en cómo debería actuar, y vendándolo de tal forma que no fuera capaz de moverla hasta que estuviera completamente recuperada, para su sorpresa cuando el venado entro a su habitación y utilizó su extraña magia sobre sus heridas apenas cerradas el dolor de esta había disminuido permitiendo que pudiera volver a moverla, no estaba del todo curada, pero eso evitó que pasara a mayores.

- Creo que tendré que agradecerle de alguna forma a Al por su ayuda – sonrió un poco – si no fuera por él es seguro que no podría seguir trabajando.

En su trabajo no podían permitirse ese tipo de accidentes, si alguno de los actores demostraba no ser capaz de realizar las posiciones o acciones establecidas en el guion por alguna lesión permanente que ocasionara retrasos innecesarios en las grabaciones lo único que quedaría para él o ella sería continuar el resto de su no-vida como una prostituta y si las quejas empezaran a llegar con su jefe debido a su "falta de profesionalismo" el futuro no auguraría nada bueno para la víctima.

- Definitivamente no quisiera eso – negó con la cabeza antes de continuar con su trabajo anterior.

Retiró las prendas de ropa que cubrían su cuerpo, tanto interior como exterior, dejándolas dentro del cesto de la ropa sucia, colocando sus tacones encima de la tapa para recordarse llevarlos de regreso a su armario una vez que terminara de bañarse, tomó su toalla y teléfono colocándolo en una pequeña mesita que se encontraba al lado de la tina, asegurándose de que ninguno de estos artículos pudiera caer o mojarse en un descuido, para entrar y disfrutar de su baño antes de irse a la cama.

Sumergió su cuerpo dentro de la bañera dejando escapar un gemido de satisfacción ante la agradable sensación de relajación que envolvió a su cuerpo a los pocos segundos de entrar en contacto con el agua perfumada acompañado de algunas risillas melodiosas por el leve cosquilleo que provocaban los pétalos al rozar con su sensible piel, jugó un poco con el líquido creando pequeñas ondas con sus manos inferiores y tomando un poco de la espuma con las superiores haciendo que volara con un suave soplido, esas inocentes acciones generaban que el sonido de su risa llenara el callado ambiente dentro del cuarto de baño rebotando entre las paredes del mismo.

Estiró sus piernas para dejarlas reposar en la orilla, aquella donde estaban las llaves, buscando tener un poco más de comodidad, he allí una de las desventajas de ser tan alto, dibujando una ligera mueca de inconformidad al ver la singular forma de sus pies, quizás la única parte que aprendió a despreciar de su forma demoniaca, enfocándose principalmente en ese par de largas, más no exageradas, y filosas, aunque no tanto, garras rosáceas. Decir que tuvo que "aprender a despreciar" algo de su imagen no era una exageración sino una de las muchas enseñanzas que su jefe le inculcó a base de palabras despreciativas que él comenzó a creerle como si estas fueran la única verdad existente, recordaba con melancolía que durante los días que estuvo vagando por todo el Infierno en busca de alguien que pudiera responder a sus preguntas y ayudarle a comprender lo que estaba sucediendo lograba escuchar los comentarios de los demonios a su alrededor murmurando entre sus grupos, de manera mal disimulada, mientras admiraban su esbelta figura y lo atractivo que resultaba para ellos toparse con un pecador de piel tan blanca y suave, no fueron pocos los que tuvieron la suerte de rozarle de manera accidental, algunos inclusive atreviéndose a bromear al decir que alguien de apariencia tan tierna y delicada no debería estar en un lugar como ese.

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⏰ Última actualización: May 26, 2021 ⏰

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