Nayeon había terminado la carta finalmente. Justo en ese momento estaba en el parque, sentada en el mismo columpio de aquella vez esperando por su nueva amiga.
Se estaba columpiando lentamente mientras sus manos sostenían la carta multicolor. Aún no conocía el color favorito de aquella chica, así que usó todos los colores que encontró.
No dejaba de mirar de un lado a otro casi con desesperación, eso de durar largos ratos no era lo suyo en lo absoluto.
Se levantó y corrió hasta acercarse a la fuente que estaba en el centro del parque. Guardó la carta en uno de sus bolsillos, y sumergió las manos en el agua, riendo al sentir lo caliente que estaba, debido al sol.
Siguió moviendo sus manos dentro del agua, provocando algunos sonidos que le parecían graciosos. Se sentó al borde, y siguió en lo que estaba mientras comenzaba a tararear canciones al azar.
Pasados unos segundos, vió como ahora no eran sólo sus manos las que estaban sumergidas en el agua, otras se habían unido y también se movían intensificando los sonidos.
—¡Jeongyeon! —exclamó sacando las manos bruscamente—. ¡Te estaba esperando! —quiso acercarse a abrazarla, pero Jeongyeon se alejó.
Nayeon frunció el ceño, creyó que Jeongyeon quería jugar, así que se acercó más, ésta alejándose nuevamente.
—¿Quieres que te atrape? —comenzó a reír.
Negó con la cabeza, pero después pensó en la idea, y asintió sonriendo un poco, sin alzar la mirada.
—¡Lo haré! —comenzó a perseguirla—. ¡Puedo correr tan rápido como los conejos!
Jeongyeon huía de sus brazos, la gorra cayó al suelo debido a la rapidez con la que se movía. De inmediato Nayeon se detuvo y la recogió.
—¡Se te ha caído! —le mostró—. ¡Tienes el cabello muy bonito! —sonrió acercándose—. Es amarillo como el sol y las flores favoritas de mamá —hablaba de los girasoles.
Jeongyeon sonrió y esperó a que se acercara.
—Toma —le quiso devolver la gorra—. Mamá me dijo que las cosas que no son mías debo devolverlas, y esto es tuyo.
—Ahora tuyo —le quitó la gorra de las manos y la colocó torpemente sobre su cabeza.
—¿Me la regalas? —cubrió su boca emocionada.
La chica asintió un poco sonrojada.
—¡Eres la mejor! —la abrazó—. Nunca nadie me regaló nada tan bonito como esto —sonrió.
Jeongyeon no le correspondió del todo el abrazo, ya que seguía siendo algo nada usual para alguien como ella, pero tampoco la rechazó ni la empujó. Simplemente se dejó abrazar por ella, ya que se sentía segura en sus brazos... aunque fuese incapaz de comprenderlo en ese momento.
—¡Yo también te he traído algo! —la soltó y sacó la carta de su bolsillo—. ¡Para ti! —se la entregó.
Jeongyeon la tomó y notó lo colorida que era, muy colorida para su particular gusto por las cosas oscuras. Pudo leer en el sobre en letras grandes.
"Espero que esto te guste tanto como me gustó a mí cuando lo escribí para ti.
Para: Yoo Jeongyeon, mi nueva amiga.
De: Im Nayeon, ¡tu nueva amiga que te quiere mucho!"
Sonrió enormemente por esto, y la guardó en unos de los bolsillos de su chaqueta.

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𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭𝐧𝐞𝐬𝐬 | 𝟐𝐲𝐞𝐨𝐧
Romantizm❝Donde Nayeon tiene un trastorno de déficit de atención e hiperactividad, y Jeongyeon es autista❞ «Entre tantas diferencias, algo encontrarían que las uniría» ▪ Historia 100% original escrita por mi persona. ▪ Se permiten adaptaciones, pero solo con...