𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭𝐧𝐞𝐬𝐬 | 𝟐𝐲𝐞𝐨𝐧

Chapter 13 - He...

El anochecer había llegado con rapidez. Jeongyeon ya estaba caminando para irse a su casa de vuelta. Se había quedado largas horas en casa de Nayeon, hasta había cenado allá... El día terminó mejor de lo que esperaba.

Al menos logró calmar un poco la angustia de Nayeon. No quería que ella estuviera afectada por eso que le había contado, después de todo eso era algo con lo que ella misma debía cargar por sus propias fuerzas.

No quería ser un obstáculo en la felicidad y estabilidad emocional de Nayeon, y mucho menos quería ponerla en peligro de salir lastimada. Suficiente culpa sentía ella con todo lo que había vivido tiempo atrás, como para meter en esto a la persona que más le importaba.

Siguió caminando, y cuando finalmente llegó introdujo la llave en la cerradura y pasó. Allí estaba su madre esperándola con un rostro preocupado. Desde allí también podía ver a su hermanas, las cuales estaban en el sofá jugando vídeojuegos.

—¡Jeongyeon! ¿Dónde estabas?

Ella señaló hacia un lado.

—No estabas en el parque, fui a buscarte allí y no había nadie. Ya es de noche, ¿dónde estabas?

Exhaló frustrada, se desesperaba cuando su madre se comportaba así... La trataba como si fuese una niña.

—Bunny.

—¿Estabas con ella? ¿No te parece que pasas mucho tiempo con ella? —se acercó—. ¿Qué tienes en el cuello?

Ella se cubrió de inmediato.

—¿Qué significa esto? —le quitó la mano, Jeongyeon se alejó evitando el contacto físico—. ¿Acaso estabas...? —abrió los ojos con asombro.

—Novia —susurró.

—¿Novia de qué? ¿De qué hablas?

—Mi novia —se alejó para subir las escaleras.

—¡Espera! —la detuvo—. ¿Cómo que tu novia? ¿De qué demonios hablas?

Se zafó para subir las escaleras, pero de nuevo la detuvo.

—¿Nayeon tiene que ver con esas marcas en tu cuello?

—Novia —volvió a zafarse.

—¡No lo puedo creer! —alzó la voz.

Jeongyeon frunció el ceño enojada al ver su reacción. Sus hermanas voltearon y escuchaban todo para intentar entender que estaba sucediendo.

—¡Ella te confundió con esas cosas!

—¡No! —gritó.

El padre de Jeongyeon comenzó a bajar las escaleras al escuchar la discusión.

—¿Qué sucede?

—¡Jeongyeon es lesbiana!

—¿Qué?

—¡No! —gritó ella.

—¡Mira las marcas de su cuello! —la señaló.

—¡Mi novia!

—Cálmate —le pidió a su esposa.

—Yo sabía que esa chica era extraña —murmuró.

Jeongyeon la empujó al escucharla decir eso. Se sentía furiosa.

—¿Qué significa eso, Jeongyeon?

—¡Novia! —era lo único que sabía decir.

Subió las escaleras con prisa y se encerró en su habitación dando un fuerte portazo.