Había sido un mes difícil, tedioso, complicado y hasta cierto punto atosigante.
Después de aquella conversación que tuvieron esa tarde, Jeongyeon había comenzado a asistir a terapia con el doctor Kim.
Si les dijera que todo fue sencillo y aliviante durante ese mes estaría quedando mal con todos ustedes y conmigo misma, ya que creo que mi deber es ser precisa y honesta en cada página que plasmo.
El comienzo fue un desastre total. Jeongyeon se rehusó a salir e ir hacia aquella consulta el primer día, incluso estuvo a punto de golpear a su padre cuando éste quiso acercarse y sacarla. Tuvieron que llamar a Nayeon, y fue la presencia y las palabras de la chica lo que logró tranquilizarla para que saliera.
Durante el trayecto en el vehículo se aferró a Nayeon como si su vida dependiera de ello. Nayeon sólo le susurraba algunas cosas mientras la acariciaba. Cuando llegaron, también fue casi imposible que Jeongyeon bajara del vehículo.
Cuando estuvieron dentro del consultorio, el doctor Kim tuvo que sentarse a casi tres metros alejado de ella para que estuviera calmada. No sólo estuvo presente el doctor Kim, sino dos especialistas más que sabían como tratar perfectamente ese tipo de casos.
La primera semana fue de esa misma manera, Jeongyeon no hablaba absolutamente nada cuando estaba allá, sólo asentía o negaba con la cabeza sin siquiera alzar la mirada.
Fue cuando llegó la tercera semana que comenzaron a haber avances notorios. Jeongyeon dejó de sentirse intimidada con la presencia del doctor Kim y los otros especialistas. Digamos que había comprendido que ellos no la lastimarían de aquella forma.
No había manera de que pudiera desahogarse hablando, durante aquellas extensas consultas sólo susurraba "sí" o "no". Así que la manera en la que comenzó a dejar salir todo ese peso con el que cargaba era de aquella forma que siempre lo había hecho: escribiendo.
Duraba hasta una hora entera llenando páginas y páginas escribiendo todo lo que sentía, sus temores, esos recuerdos de los cuales quería despojarse y el deseo que tenía por lograr liberarse y sanar. Los temblores y el llanto se hacían presente a medida que llenaba aquellas páginas, pero fue precisamente eso lo que la ayudó a soltar.
Jeongyeon poco a poco, paso a paso se estaba soltando de su pasado, de su dolor y de su miedo.
Nayeon también estuvo en terapia durante ese mes. Para ella también se convirtió en un proceso muy complicado, sobretodo las primeras dos semanas. Cuando tenía que hablar de aquel tema, volvían los ataques de pánico haciéndola casi imposible proseguir.
No era nada fácil, creo que cualquiera de nosotros en una posición similar estaríamos igual o peor. ¿Cómo lidiar con algo así? ¿Cómo superar de un día hacia otro el dolor, el miedo y el pasado? No es imposible hacerlo, pero siempre será difícil.
Algunas veces, Nayeon se quedaba a dormir con Jeongyeon luego de aquellas intensas consultas con el doctor Kim. Sus padres no se oponían a esto, al contrario, estaban de acuerdo... Sabían que ambas chicas se necesitaban mutuamente para poder salir de esto.
Ya Jeongyeon había dejado de colocar aquel estante contra la puerta, pero aún cerraba con seguro. Su habitación ya no estaba desordenada, ni habían destrozos por el suelo. Poco a poco todo se estaba ordenando en su vida, al igual que su estabilidad emocional.
Aún quedaba mucho por avanzar, mucho por superar y sanar, pero justo en ese momento lo estaban haciendo a su paso, sin presiones.
Creo que en oportunidades anteriores he recalcado algo que, tal vez, no han olvidado, y que si lo han hecho, se los recordaré.
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𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭𝐧𝐞𝐬𝐬 | 𝟐𝐲𝐞𝐨𝐧
Romance❝Donde Nayeon tiene un trastorno de déficit de atención e hiperactividad, y Jeongyeon es autista❞ «Entre tantas diferencias, algo encontrarían que las uniría» ▪ Historia 100% original escrita por mi persona. ▪ Se permiten adaptaciones, pero solo con...