Chapter 18 - I have to go...

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Así como la felicidad puede llegar de sorpresa en nuestra vida, todo puede llegar a un final exactamente de la misma forma... O quizás no un completo final, pero sí una corta pausa.

Hay situaciones que llegan para ponernos a prueba, etapas por las cuales necesitamos atravesar para poder sacar a flote una mejor versión de nosotros mismos.

La distancia es muy difícil, ¿no? Estar lejos de las personas que quieres y aprecias siempre va a ser algo muy difícil de sostener... Y más aún, cuando es lejos de la persona que amas.

Si puedo tomarme el atrevimiento de hablar un poquito más a fondo personalmente, yo pienso que la distancia no tiene porqué ser un obstáculo entre tú y aquellas personas que de verdad amas. He estado en esa situación miles de veces, y aún lo sigo estando.

Puedo asegurar esto con mucha convicción: no he conocido un cariño tan puro y real como el que me han brindado las personas que ahora mismo no tengo aquí a mi lado físicamente.

¿Y saben por qué? Porque ellas están allí, pasando por encima de esa distancia que nos limita un poco. Porque ellas son capaces de brindarme esa calidez que la mayoría de las personas me niegan al tenerme de frente. Porque ellas son capaces de transmitirme paz, por encima de las circunstancias con las cuales cargamos por cuenta propia.

Porque ellas son capaces de amarme, por encima de las millas, los kilómetros y el espacio que nos separan.

¿Alguna vez se han sentido así? Si lo han hecho, entonces sé que podrán comprender con precisión lo que intento vagamente explicar.

Nayeon no esperaba que esto fuese a acontecer, que un boleto determinara el tiempo que iba a estar alejada de Jeongyeon. Habían transcurrido dos meses desde aquellos acontecimientos, todo parecía ir bien. Cada una seguía avanzando a su propio ritmo, sin presionarse ni exigir de más.

Fueron dos meses difíciles, pero al mismo tiempo aliviantes y reconfortantes para todos. Se podía percibir ese cambio y esa mejoría, esa esperanza de que todo se estaba acoplando y de que, sin importar qué pasase, ya nada volvería a ser igual.

Cinco días habían transcurrido desde que Nayeon supo que estaba en la posición de pasar un largo tiempo fuera de la ciudad junto a su madre. Cinco días en los cuales no salió de la habitación y no dejó de llorar al pensar en que, quizás, tal hecho significara el final de su relación con aquella chica del parque.

En ese preciso momento no tenía opción. Su familia proveniente de Busan las necesitaban más que nunca. La enfermedad y la muerte siendo las causantes de todo.

No había visto a Jeongyeon durante esos días. Sentía miedo, mucho miedo de lo que pudiera pasar al revelar que tendría que irse. Amaba a Jeongyeon, y sabía que ella también la amaba, de eso no quedaban dudas, pero no podía evitar sentir temor de igual forma.

Creo que todos en una posición similar nos sentiríamos así. Al principio les pregunté que si la distancia era difícil... Y realmente lo es. No comprendes tal cosa hasta que te encuentras en esa situación.

Nayeon estaba en su habitación acostada en el sofá. Tenía en su mano derecha el teléfono que su madre le había entregado aquella vez. No dejaba de ver algunas de las fotos que se había tomado con Jeongyeon las últimas semanas, como las cosas parecían ir tan bien y de repente... todo vuelve a caer.

Se sentó en el sofá sin dejar de ver las fotos y sentir una pequeña opresión en el pecho al pensar en el tiempo que tendría que estar alejada de ella. ¿Significaría la distancia un obstáculo que acabaría con su relación? Pensar en esa posibilidad la derrumbaba más.

Se levantó del sofá para cambiarse, y así salir. Tenía que decírselo, no podía dejar seguir corriendo el tiempo de esa forma.

Después que terminó, se fue sin siquiera avisarle a su madre de que saldría. Podía sentir un ligero temblor en sus manos, y un extraño cosquilleo subiendo y bajando por su garganta, era obvio que estaba muy nerviosa y, hasta cierto punto, asustada.

𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭𝐧𝐞𝐬𝐬 | 𝟐𝐲𝐞𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora