Capitulo 22

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(2004) Gulf


Una molestia en mi interior hacia días me atormentaba, pero quería confiar porque aunque todo me decía lo contrario yo quería seguir creyendo.

-Todavía sigues sintiéndote mal?- la voz de mi amigo me saco de mis pensamientos.- Estas muy pálido Gulf, me estas preocupando.

-Debe ser algo que comí, no te preocupes.-dije tratando de sonreír.

-Algo que comiste, si como no.-sonaba tan molesto- Esto es culpa de los nervios que el idiota de tu novio te hace pasar. Vayamos al medico Gulf de verdad me preocupas. Haz podido comer algo? Lo sigues vomitando?

-Hm..-hacia unos días todo lo que me mandaba al estomago salía mas rápido de lo que entraba. Yo sabia mas que nadie cual era el motivo de este malestar. Después del cumpleaños de la mamá de Mew, la que por cierto me odiaba a mas no poder y la visita de ese ser desagradable unos días después a la salida de mi practica había hecho que mis nervios, se destruyeran. Esto hacia ya mas de una semana.

Tomo mi brazo he hizo que me pare para verlo. Sus ojos estaban llenos de preocupación, angustia y tristeza.

-Haz hablado con él por lo que te dijo ese imbécil?- negué - Y cuando se supone que lo harás? Se que tiendes a confiar ciegamente en las personas y no quiero decir que ese maldito imbécil haya dicho la verdad pero Gulfi no puedes seguir así. Me tienes muy preocupado. Te amo y no quiero que te pase nada.

Saint era mi mejor amigo desde la prepa. Desde el primer momento se había tomado el papel de protector de forma tan seria y personal que me hacia reír, ya que al vernos todos dirían que era yo quien lo cuidaba a el pero la realidad era totalmente diferente. Con esa cara de ángel mi amigo se traía un genio del demonio. Solo Zee había podido domar un poco ese loco e irascible temperamento. Tenia un corazón de oro y era capaz de todo para proteger a quien amaba y yo tenia ese honor. Lo abrace muy fuerte.

-Tranquilo estaré bien y te prometo que hablare hoy sin falta con el.-le dije tratando de calmarlo.

Pero como siempre pasa muchas veces todo lo que tenemos pensado se cambia en un segundo. Todo lo que tenemos proyectado se cae como un telón cuando comienza la función.

Al llegar al departamento lo primero que note fue la maleta de Mew. Justo al lado de la puerta y sentí que mi corazón empezaba a latir tan rápido que dolía. Porque las preguntas que no me anime hacer el día que Art me conto que habían dormido juntos y las sistemáticas negativas que recibí desde ese momento recibieron la respuesta en forma de cachetada. Sentí que los ojos se me llenaron de lagrimas al ver la figura bella e imperturbable de Mew mirando por la ventana y sentí que no quería perderlo que no me importaba pisotear mi orgullo, rogar si hiciera falta con tal de que se quedara conmigo. Me humillaría hasta lo mas bajo con tal de no perderlo. No quería perderlo. Un mareo se hizo presente y trate de sostenerme con el sillón.

-Mew- fue lo único que pude decir, la garganta se me cerro, las palabras no lograban salir. 

-Creí que llegarías mas tarde. La verdad no quería encontrarme contigo.-dijo con un tono frio y duro que ni siquiera cuando lo conocí utilizo conmigo. Se giro y sus ojo eran fríos, oscuros.- Quería evitarme eso.- señalo mi cara donde las lagrimas ya caían.--Veo que eres mas inteligente de lo que pareces y sabes lo que significa esa maleta, así que evítame el teatro patético y terminemos esto de forma civilizada.- y trato de avanzar hacia la puerta esquivando mi posición pero no podía dejarlo salir.

-Mew, hablemos si- dije tomando su brazo- lo que sea que este pasando se que lo podemos solucionar. Solo habla conmigo. No quieras mostrarme otra vez esa Mew que se que no eres.

Aunque el tiempo pase.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora