Ahora nos llamamos Akatauki

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Día domingo, ayer no pude ir a nuestra reunión de sábado, pero nada me dice que no pueda el domingo; me pregunto si habrán novedades. Tal vez consiguieron a más chicos que se quieran unir a nosotros o quien sabe. Llegue al parque y divisé la inconfundible cabellera de Deidara haciendo lo que sea que hiciera con la arena.

Corría saludarle.

- ¡Deidara! - llame mientras alzaba la mano.

- ah, eres tu. Tonta, ¿porque te perdiste ayer? Las cosas no fueron los mismo hm - reprocho mirándome con el ceñonlevemente fruncido.

Hice un puchero y me sente. Tuve una punzada en pecho que me hizo sentir mal por lo de ayer. Pero sigo sin retractarse de absolutamente nada.

- y yo que creí que me había extrañado - dije dolida, poniendo una mano en mi frente y cerrando los ojos.

- dramática hm.

- ¿novedades?

- recuerdas la casa que esta en frente del parque ¿no? La que es grande hm - asentí levemdnte -. Ayer y trajeron unas cosas y las dejaron adentro. Eran muchas cosas.

- ¿y habia algo lindo?

- pura chatarra y chuchería, camas, muebles esas tonterías. Pero tenían una bonita escultura de arcilla hm - conto mientras veía la casa de enfrente.

- ¿y Sasori no llego aun? - pregunte mirando a los lados, es raro que Sasori llegue tarde. No le gusta esperar ni hacer esperar, es impaciente.

- no.

De repente vi un coche gris que se estacionada frente a la casa grande y blanca. Mire intrigada y con atención.

- mira - apunte al auto grande.

- ¿crees que sea el dueño de la casa esa? - pregunto mirandome y mientras yo me levantaba.

- ¿quieres ir a ver? - propuse con una sonrisa.

- no quiero ser metiche hm - dijo volviendo a lo que estaba haciendo.

- vamos, yo se que quieres Deidara. No te resistas~ ~ - caturre con una sonrisa de gato dibujada en mis labios.

- hm... - mi miro y suspiro resignado.

- podría ser... un hombre con la ropa colorida - trate de tentar, veía como se quedaba tieso -. Quizás~ podría ese hombre tener una barba enorme y nada de pelo en la cabeza - vi como trataba de volver a lo que hacia antes -. Podria ser que es el hombre tener el pelo a colores como los payasos.

- si tanto insites hm - dijo en un tono resigando levantándose y sacudiendo la arena de su ropa.

Mi sonrisa nuevamente se curvo en una de gato, habia cumplido mi cometido. Miro conmigo a través de las mayas que protegían el parque. Del auto salio un hombre de pelo largo y blanco, con una barriga en la nariz, grande y fornido. Luego bajaron tres niños.

- ¿serán sus hijos? - pregunte mirando a los niños.

Uno era de pelo naranja y los ojos cafés, la niña tenia el pelo azul y ojos miel y por último un pelirrojo de un peinado que no dejaba ver sus ojos pero si tenia la piel innecesariamente blanca, como la nieve. Parecían estar felices, pero ninguno a excepción del peli naranja compartía similitudes con el albino.

Esos dos compartían la cara, más bien la expresión amable y alegre.

Algo me dice que me llevare bien con ellos. De repente el peli-rojo miro en direccion a aqui, trate de buscar un escondite, Deidara ya se habia ido a su lugar. Aparte la mirada, en una abrir y cerrar de ojos ellos me estaba saludando. Devolví el saludo.

Una Vida Perfectamente Imperfecta [Obiko Uchiha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora