Capítulo 15. Propuestas, nieve y globos de colores.

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Cameron y yo nos encontrabamos a un lado de la mesa, y Marua y Jerome enfrente nuestra, también juntos. Intentaba evadirme de mi alrededor centrándome en la carta y en qué pediría de comer. Todo parecía delicioso, aunque debía estarlo, porque tenía un precio que solo se podía permitir alguien de mucha pasta y con muchas ganas de comer. Después de debatir conmigo misma sobre qué pedir, me decanté por la ternera con setas al aroma de tierra, cosa que no había probado en mi vida, pero sentía curiosidad, porque lo de "aroma de tierra" me hizo plantearme a qué olía la arena. Y el premio a la chica más sofisticada del año es para... !Anna!

El camarero trajo una botella de vino rodeada con una servilleta blanca, bordada probablemente a mano.

- Este es uno de nuestros mejores vinos. Es de 1879, de excelente calidad- Me preguntaba si no podríamos tomar un brick de vino blanco que venden en todos los supermercados. A el resto de mis acompañantes pareció encantarles la idea de gastarse tanto dinero en un vino tan caro, menos a Marua, que miraba a Jerome y a Cameron extrañada por su cara elección.

Lógicamente, me cabreé monumentalmente cuando trajeron mi comida y observé que apenas ocupaba una esquina de mi plato, y que para coger la comida tenía que utilizar unas pinzas y un microscopio. El enfado lo guardé en mi interior, mientras comía resignada la media seta que ocupaba mi plato. Acabé de comer en cinco segundos, sin exagerar ni un solo pelo.

- Necesito ir al baño- Jerome se levantó, le dio una sonrisa a Marua y se evadió por el largo pasillo del restaurante. 10 segundos después mi móvil vibró.

Mensaje de Jerome:

"Tengo que arreglar unas cosas para la sorpresa. En 5 minutos id al aparcamiento del restaurante"

Dejé el móvil de vuelta en mi bolso, pero antes miré en la pantalla la hora para cronometrar mentalmente los 5 minutos que debemos tardar en ir. Cameron y Marua estaban en silencio, bebiendo vino o comiendo helado en una copa de cristal.

- Bueno Marua, y ¿a qué te dedicas?- Intentaba romper el silencio incómodo que reinaba en la mesa.

- Bueno, me encantan los idiomas, y ahora estoy cubriendo un hueco en una editorial de Nueva York, y la verdad es que estoy encantada.- Siempre me llamó la atención todo el tema de los idiomas y la traducción, y sobre todo de la lectura.

- ¡Woah eso es increíble! ¿Y que haces exactamente?

- Bueno, me traspasan libros que han sido elegidos por mis superiores, y yo los tengo que traducir al castellano.

- Parece una tarea difícil.

- Lo es, pero es muy satisfactoria.- Mi alarma mental sonó avisándome de que los 5 minutos que Jerome me había dicho habían llegado a su fin. Necesitaba una excusa para llevar a Marua hasta el parking.

- Marua, ¿puedes acompañarme hasta el coche? He olvidado coger un tampón y lo necesito urgentemente.- Menuda excusita que había puesto, pero fue lo primero que se me ocurrió. Me levanté y ella lo hizo detrás de mí. Empecé a caminar lo más rápido que podía, pero Cameron gritó mi nombre, y por un momento temí que hiciera alguna broma por mi excusa.

- Te olvidas las llaves.- Solté todo el aire que había almacenado en mis pulmones y le dediqué una sonrisa, porque era lo que solían hacer las parejas, ¿verdad?

Después de coger las llaves salimos para enfrentarnos al frío newyorquino.

- Gracias por acompañarme Marua.

- No es nada, son cosas de chicas- Esa chica me caía bien.

Al llegar al aparcamiento, se podía escuchar perfectamente la canción de 'Stay with me' de Sam Smith. Marua me miró extrañada, y yo hice lo mismo, aunque sabía por qué era. La guié hacia el epicentro de la música, y cuando llegamos vimos cómo el coche de Marua, que era la que había traído a Jerome, estaba lleno de globos de color naranja, y en el centro había una fila de globos rojos con forma de corazón, cada uno con una palabra. La frase que formaban era '¿Quieres ser mi novia?'. Miré a Marua, que aún se encontraba en estado de shock su coche y el mensaje que escondían los globos rojos. Yo si que me encontraba en shock

- Bueno, ¿qué respondes?- Jerome parecía nervioso e impacientado por una respuesta. Ella no dijo nada, solo fue corriendo hasta donde se encontraba y le dio un largo beso. Cameron también estaba presente viendo lo sucedido, pero estaba tan enfrascada en la escena que ni me había enterado de su presencia.

***

Le di un largo abrazo a Marua y otro a Jerome, y volví a felicitarles por enésima vez por su noviazgo. Estaba feliz por ellos, y seguro que Marua se sentía la chica más afortunada del mundo. Cameron también se despidió y fuimos juntos hasta su coche. Dentro, él puso la calefacción y una emisora de radio con canciones actuales.

- Ha sido bonito, ya sabes, la forma en la que Jerome le ha pedido a Marua que sea su novia.- Me sentía incómoda hablando de esto con Cameron, y me pregunté por qué se había dignado a sacar ese tema de conversación, habiendo un millón de cosas distintas para hablar. Querida Anna, Cameron quiere restregarte la felicidad de los demás en tu hermosa cara.

- Sí, ella es muy afortunada. Se lo merece, es una chica muy dulce.- Me miró por un momento, pero luego volvió a centrarse en el coche de alante.

- ¿La conocías de antes?

- No, era la primera vez que la veía, pero aún así me ha parecido una chica muy maja y creo que Jerome y ella hacen una gran pareja. Además, Jerome se merece encontrar la felicidad absoluta, y estoy segura de que con Marua la encontrará.

-Estoy completamente de acuerdo.

Después de esa conversación, el coche volvió a quedar en silencio, excepto por la radio y el ruido del motor. Había comenzado a nevar con total intensidad y las calles que antes estaban abarrotadas de nieve, ahora tenían más aún.

-Conozco un atajo que nos ahorrará diez minutos.- Y dicho esto, Cameron desvió el coche por un camino sin asfaltar y completamente oscuro, cosa que no transmitía mucha seguridad como podréis imaginar. Intenté relajarme y dejarme guiar por su instinto para escoger atajos.

Media hora después, seguíamos por un camino en el que no había ni un alma, solo nosotros.

- Cameron, ¿estás seguro de que no nos hemos perdido? Si este fuera un atajo habríamos llegado a mi casa hace veinte minutos, y sin embargo aquí seguimos. 

- No nos hemos perdido, estoy seguro.

- Eso dijiste hace un cuarto de hora, y aquí seguimos.

-¡Vale, entonces estoy casi seguro!. El coche se paró en seco, y Cameron y yo dejamos caer nuestros cuerpos hacia alante, pero por suerte llevábamos el cinturón de seguridad, si no me habría dejado los piños en el salpicadero del coche. 

-¿Eres idiota? ¡Casi nos matamos imbécil!

-Relájate que yo no he hecho nada.- Cameron salió del coche para ver qué iba mal.- Genial, estamos en medio de un lugar extraño a las afueras de Nueva York y encima el coche tiene la parte baja enterrada en la nieve.

-¿Cómo?- Intenté bajar del coche, pero al abrir la puerta vi que si ponía un solo pie en la calle la mitad de mis piernas quedaría cubierta por la nieve. 

-Ponte en el asiento del piloto. No hace falta que bajes, solo pasa por dentro del coche.- Hize lo que ordenó y en el menor tiempo posible me posicioné en el asiento del piloto.- Está bien- Gritaba desde la parte trasera y fuera del coche.-, cuando te diga 'ya' arranca el coche y acelera.- Puse mi pulgar hacia arriba y saqué mi mano fuera del coche para que viera que había entendido sus instrucciones y que estaba lista.- YA- Aceleré el coche lo máximo que pude, pero no notaba ninguna señal de movimiento. Ocho intentos después, Cameron subió al asiento del copiloto y cerró la puerta y las ventanillas. Nos habíamos quedado atascados. 


Madre Naturaleza, ¿tú también contra mí?


Guerra de viners (Jerome Jarre, Cameron Dallas, Nash Grier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora